Ghana gana mucho, exigieron dinero en efectivo para jugar hoy contra Portugal
Quién depende más de un sólo jugador: ¿Argentina de Leo o Brasil de Neymar?
Jueves 26 de junio de 2014, p. 9
Río de Janeiro, 25 de junio.
A cada gol –y hoy fueron dos, espectaculares– Messi más se parece al Mesías para la selección argentina. El chiste es obvio, poco brillante y nada inteligente. Pero encanta a los brasileños.
¿Y Ghana? ¿Qué gana Ghana para jugar el último partido que le toca en este Mundial? Pues gana mucho.
La verdad es que, hasta el miércoles, el paso de Ghana por el Mundial ha sido más bien discreto. El empate con Alemania sorprendió, pero no al punto de poner a los ghaneses como algo especial. Pero de repente el equipo concentró atenciones gracias a una jugada colectiva que se dio fuera de la cancha. Temiendo no cobrar las gratificaciones prometidas, los jugadores anunciaron una huelga. No entrenaron el martes y avisaron que no entrarían a la cancha este jueves para enfrentar a Portugal a menos que les pagasen. Y en efectivo. La Federación de Futbol de Ghana había prometido depositar el dinero en las cuentas bancarias de cada jugador, pero ni modo: o les pagan en efectivo o no habrá juego.
El mismo presidente de Ghana, John Mahama, intervino. Un avión zarpó ayer de Acra, la capital, rumbo a Brasilia, cargando unos 3 millones de dólares en billetes cuidadosamente contados, apilados y atados. Confirmada la noticia de los millones voladores, un nuevo percance: para entrar legalmente a Brasil, cualquier cantidad superior a 5 mil dólares tiene que ser declarada. No hay tasa ni tributo, pero los valores tienen que ser verificados. O sea, hay que contar billete por billete. Y a la hora de salir, lo mismo. En caso de no cumplir ese proceso el dinero puede ser legalmente confiscado.
El partido está previsto para la una de la tarde de este jueves, en la capital brasileña. Habrá tensión hasta la última hora: sin cobrar, nadie juega. Sin cumplir todos los trámites, el dinero no entra. ¿Qué pasará?
Urgencia en lograr dólares para los de Ghana, urgencia en lograr muchachas –digamos– de vida alegre para los turistas. Hay de todo, para todos los gustos y bolsillos. En Copacabana, los alrededores de la plaza Lido, tradicional zona de prostitución, están ardiendo. A partir de las 11 de la noche largas filas se forman en las puertas de los dos o tres clubes nocturnos, área de caza. Las profesionales que suelen trabajar por esa zona recibieron refuerzos venidos de distintos puntos del país. La procura extrapoló la oferta habitual, y la solución fue importar mano de obra. Los precios subieron, aprovechando la distancia entre oferta y demanda. Para latinoamericanos, considerados mezquinos, 100 dólares. Para gringos en general (tanto vale si son de Europa o Estados Unidos o Corea o lo que sea), a partir de 200. Menos, bastante menos, de lo que cobran las profesionales que en Sao Paulo, a 420 kilómetros de distancia, atienden preferencialmente a altas autoridades de la FIFA, ejecutivos de empresas patrocinadoras del Mundial o invitados especiales en hoteles lujosos: 900 dólares la hora. La diferencia se justifica: son muchachas de alta estampa, manejan automóviles de buena marca y hablan más de un idioma.
Millones de dólares voladores que salen de Ghana, centenares de miles que circulan alrededor de lechos fugaces. Y mientras tanto, sigue el futbol. Ahora, los brasileños tratan de concentrarse en las selecciones de otros países, posibles adversarios en las próximas etapas. Mucha atención con Argentina, con Colombia y Uruguay. Y pensando más adelante, con Francia, Holanda, Alemania. Esos equipos son considerados los más peligrosos. Claro que siempre hay sorpresas, pero existe una cierta lógica, una cierta tradición.
Ayer, contra Nigeria, Argentina acaparó atenciones. Los africanos se mostraron bien organizados, bien articulados, pero evidentemente inferiores al adversario. Si Argentina todavía no convenció totalmente a los brasileños, la fiesta que hicieron las decenas de miles de compatriotas que vinieron a ver su equipo comprueba que están cada vez más convencidos de las bondades del juego. Los dos goles anotados por Messi lo igualan a Neymar en la tabla de artilleros. El próximo juego de Argentina será contra Suiza, un adversario duro, pero no tan difícil como el que Brasil tendrá por delante: Chile.
Ecuador empató sin goles con Francia y ha sido el primer sudamericano en quedar fuera de la Copa. Honduras cayó frente a Suiza y también vuelve a casa. ¿Cuáles serán los próximos?
Brasil tendrá de pasar por Chile, y luego enfrentar a otro sudamericano, Uruguay o Colombia. Una verdadera Copa América para llegar a las semifinales. Las apuestas, antes de que el torneo empezara, indicaban como adversarios en ese tramo a Italia, España, Inglaterra… Pero en el futbol no hay nada seguro, especialmente en un Mundial.
A la nochecita, esa y otras preguntas circulaban por los aires brasileños. Una pregunta en especial se hacía común en muchos bares de Río: ¿quién depende más de un solo jugador? ¿Argentina de Messi, o Brasil de Neymar?
Hasta ahora, los goles de Messi han asombrado a los brasileños. Los de Neymar también. El gran temor es que le pase algo. Su juego desconcertante y sus goles hicieron que el equipo todo dependa de él. Más, quizá, de lo que Argentina dependa de Messi y sus goles milagrosos.
Esas eran hoy algunas de las muchas preocupaciones y dudas de los brasileños. Bastante diferentes, por cierto, de la ansiedad de los de Ghana, con los ojos puestos en sus dólares voladores, y de las muchachas de la noche, con los ojos puestos en los turistas caminadores.