La grave situación de los niños migrantes indocumentados que viajan hacia Estados Unidos sin la compañía de un adulto debe resolverse con el esfuerzo coordinado de todos los países involucrados en este tema, en un proceso donde participen organismos internacionales, señalaron activistas especializados.

El sacerdote Pedro Pantoja, director de Belén Posada del Migrante, indicó que la crisis humanitaria afecta a una nueva generación de indocumentados que es aún más vulnerable que las anteriores, por tratarse principalmente de menores de edad.

La primera fue de hombres jóvenes y adultos; la segunda fue de mujeres que se atrevieron a migrar, obligadas por el abandono social y la violencia, y la tercera es una generación doliente y vulnerable de niños, sobre todo de Honduras, con el trasfondo de la desesperación que sufren en sus países de origen, lamentó.

Es una tragedia espantosa que hay que asumir con seriedad mediante una intervención multilateral y un diálogo urgente entre México, Estados Unidos y los países de Centroamérica”.