El proyecto Safari en Tepito, encabezado por el actor Daniel Giménez Cacho, plantea volver a la esencia de lo humano, a ese encuentro con el otro para mostrar la cara amable de uno de los barrios más antiguos de la ciudad de México.

Así lo plantearon los actores Norma Angélica, Raúl Briones, Mauricio Isaac y Mónica del Carmen, quienes durante 15 días convivieron con cuatro familias tepiteñas y crearon un texto dramático que compartieron con cuatro grupos de 10 espectadores durante los pasados marzo y abril.

En el Centro Cultural del México Contemporáneo se presentó la noche del miércoles el documental Safari en Tepito, dirigido por la cineasta Martha Uc, el cual recoge el proceso creativo y realización del experimento teatral, que en 2015 podría repetirse, pero con ocho familias del populoso barrio.

Giménez Cacho explicó que el proyecto Wijksafari, fue creado en Holanda por la actriz Adelheid Rossen, quien impartió un taller a los actores mexicanos.

“Es una experiencia que nos dejó a todos muy marcados –dijo Giménez Cacho– por lo que significó el encuentro con gente que no conocíamos y derribar ideas preconcebidas. Queremos repetir la experiencia, pero ahora en ocho casas en 2015”.

Contra el estigma delincuencial

El cronista de Tepito, Alfonso Hernández, afirmó que el barrio es una muestra de sobrevivencia urbana, de arraigo y de identidad. “Qué bueno que se reconozca a Tepito, un barrio que existe porque el homotepitecus resiste. Resistimos con nuestro carisma barrial frente al estigma delincuencial”.

En el documental, los actores y residentes de Tepito narran sus experiencias, como cuando Giménez Cacho los invitó a participar o la amistad que surgió entre ellos a partir de la convivencia en ese hogar adoptivo.

Las calles del barrio bravo, el Metro, las motonetas, la unidad habitacional La Fortaleza y el Centro Social y Deportivo Huitlacoche se convirtieron en escenario de ese experimento social que transformó la visión que se tenía del lugar y de su gente.

Sin miedo a la cámara, los habitantes del barrio Mayra Valenzuela, Lourdes Ruiz, Verónica Hernández y Martín Carrillo exhiben parte de su vida, relatan sus problemas, recuerdan momentos importantes y también rescatan del olvido situaciones de abandono.

Las charlas de los protagonistas de Safari Tepito traspasaron la pantalla, pues al final del estreno del documental hubo un diálogo con el público. Allí, la actriz Norma Angélica, además de exponer que hubo muchas coincidencias con las espectadoras, recalcó que el teatro jamás desaparecerá, porque con propuestas que revelen la esencia del ser humano en el escenario que sea, siempre existirá. El teatro está vivo, es el hombre, aseguró.

La productora de Safari Tepito, Sheila Flores, expresó que esta experiencia escénica le dio voz a las personas, al tiempo que propició un encuentro entre los habitantes del barrio con personas que tal vez no se atreverían a ir solas. Fue una experimentación teatral en la cual todos estuvimos al borde del mismo barco.

Para Mayra Valenzuela lo valioso del proyecto en el que participó fue mostrar que Tepito existe, porque resiste todos los embates culturales. Fue importante dignificar al barrio, donde hay gente que trabaja y hace muchas cosas.

Giménez Cacho no descartó la posibilidad de crear otro documental con el material de los recorridos de Safari Tepito, barrio que durante un mes se convirtió en punto de conexión humana.