El exilio está a punto de desaparecer biológicamente, opina Federico Álvarez
Conmemoran 75 años de esa diáspora y 50 del fallecimiento del escritor y diplomático Isidro Fabela
Sábado 28 de junio de 2014, p. 8
Los exiliados nos morimos, el exilio está a punto de desaparecer biológicamente, quedan los cuadros y los libros
, dijo el escritor y filósofo Federico Álvarez, quien llegó a México en 1947 después de que su familia salió de España con rumbo a Cuba y luego a nuestro país.
Álvarez trazó una historia muy personal de los artistas españoles exiliados en México durante la mesa de diálogo Arte trasterrado: artistas plásticos del exilio español 1939-2014 que se realizó el miércoles por la noche en el Centro Cultural Isidro Fabela-Museo Casa del Risco para acompañar la exposición del mismo nombre montada en el recinto como parte de las conmemoraciones por los 75 años de la llegada de exiliados españoles y 50 años del fallecimiento del escritor y diplomático Isidro Fabela.
Más que fascismo y comunismo
En la mesa de diálogo estuvieron también la curadora de la muestra, Ester Echeverría, los críticos de arte Luis Rius y Teresa del Conde, colaboradora de La Jornada, quien subrayó que la Guerra Civil española y el exilio no se deben reducir a dos bandos: el fascismo y el comunismo.
“El exilio español en todo sentido es un cambio radical para México, pero se nos ha insinuado fuera de España, sobre todo en México, todos los mexicanos que estamos aquí y muchos universitarios o no universitarios, todos somos amantes de la República y se nos ha condensado la idea del exilio español y la República nada más en una especie de situación maniquea: por un lado el fascismo y el otro el comunismo. Esto es un error, porque el exilio español está conformado por muchas modalidades.
No es un binomio la aportación del exilio, donde nada más se nos ha incrustado la idea de que quienes somos simpatizantes o hemos trabajado de izquierda somos partidarios de la República y quienes no, son reaccionarios y pertenecen a otro tipo de situaciones. Es más complejo, no se conoce lo complicado que fue la Guerra Civil española, que ha sido muy estudiada sin ser exhaustivamente estudiada, y eso lo pueden decir personas cuyas familias se vieron divididas por estar en diferentes bandos.
Del Conde manifestó su desacuerdo porque esta exposición se circunscriba a los pintores aquí reunidos que son los que ya estaban formados al momento de venir a México y no los que vinieron cuando eran jovencísimos o muy niños, como Martha Palau o Vicente Rojo
.
Federico Álvarez (San Sebastián, 1927) habló de su vínculo con los artistas españoles que llegaron al país. “La relación entre artistas españoles y mexicanos fue un choque. Es verdad que en España había un Picasso, Dalí, Miró y las vanguardias, pero parece que la influencia de quienes llegaron a México provenía de Zuloaga o Sorolla. Vinieron los pintores que hacían bodegones y retratos, paisajes y naturalezas muertas y se encontraron con una escuela de pintura absolutamente fenomenal: la del muralismo mexicano.
Ni siquiera comparar la pintura española que venía al exilio con la pintura mexicana, que desde el principio se impuso con su enorme vitalidad a la española exiliada. Pero hay que decir que los pintores españoles exiliados esperaban volver pronto a España, en realidad venimos a México de paso, sabíamos que Hitler iba a ser derrotado y con ello Franco y volveríamos; eso pensábamos. También (Lázaro) Cárdenas, quien decía éstos se van a ir pronto, y duramos y duramos y duramos años y años, y no nos íbamos y nos hicimos mexicanos algunos, pero los viejos pintores que llegaron después de exponer en España, como Souto, ésos no podían dejar de ser españoles
, añadió el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Algunos de estos pintores hicieron una transición lenta, otros lograron pintar un paisaje mexicano desde un punto de vista casi mexicano, y otros pintaban algún paisaje y parecía pintura española, dijo Álvarez, quien conoció a estos artistas gracias a su padre.
Pintura que gana terreno
Luis Rius, hijo del poeta y ensayista exiliado Luis Rius Azcoitia, resaltó algunos aspectos que aún deben ser estudiados, como el de la crítica de arte escrita por transterrados, y destacó que si bien hubo un choque entre la pintura mexicana y la del exilio: ésta es una pintura que a la larga va ganando terreno
.
La curadora Ester Echeverría retomó las palabras de Federico Álvarez en el sentido de que si bien se acaba biológicamente el exilio, éste ya es parte nuestra, permanente en México, y nuestros hijos y nietos lo recordarán como parte de la historia de México
, y advirtió que cada vez hay aquí menos obra de los exiliados españoles porque se los llevan a España. Tenemos que apurarnos para que no se siga yendo y hacer muchas exposiciones más para agradecerles lo que aportaron a México
.