Santos, 27 de junio.

Costa Rica sabe poco de su próximo rival, Grecia, al cual se enfrentará el domingo en Recife en octavos de final, ronda a la que ambos llegan como los equipos sorpresa del certamen brasileño.

Por segunda vez en su historia, Costa Rica logró superar la fase de grupos de un Mundial y por segunda vez lo ha hecho con un entrenador extranjero: ahora el héroe es el colombiano Jorge Luis Pinto, como en Italia 1990 lo fue el serbio Bora Milutinovic. Por el momento, Pinto ha superado lo conseguido por Bora en la primera fase, ya que en 1990 fueron segundos de grupo y ahora terminaron primeros.

Sabemos poco de Grecia, vamos a empezar a observarlos y en lo personal voy a ver videos para conocer a profundidad al próximo rival, dijo el mediocampista Yeltsin Tejeda. Costa Rica se impuso en el llamado grupo de la muerte al derrotar a Uruguay e Italia y empatar con Inglaterra.

Tejeda contó que su compañero Joel Campbell, quien juega en el Olympiakos de Grecia, les contó que el próximo rival del domingo en Recife tiene varios puntos fuertes, entre ellos el juego en bloque y los contrataques, los cuales calificó de letales.

En tanto, laboriosa y defensiva, Grecia no es la selección más espectacular del Mundial, pero logró clasificar entre las 16 mejores y ahora amenaza a Costa Rica. Los helenos repiten la actuación de la Eurocopa 2012, cuando accedieron a los cuartos de final con cuatro puntos, tres al vencer 1-0 a Rusia en el último partido de la fase de grupos.

Grecia, el gran triunfador en la Eurocopa 2004, ha mostrado su capacidad para seguir luchando a pesar de las adversidades. Ante Japón sufrió la expulsión de Katsouranis y contra Costa de Marfil se repuso de las lesiones del portero Orestis Karlezis y del centrocampista Panagiotis Kone antes del minuto 25.

También han sobrevivido a un conflicto interno: la discusión con insultos entre Giannis Maniatis y Giorgios Tzavellas, con el antagonismo entre dos de los grandes clubes del país, el Olympiakos del Pireo y el PAOK Salónica como fondo de la controversia.

El origen del problema estuvo en la aparentemente insuficiente calidad de los centros de Tzavellas ante Japón. Según el diario The Guardian, Maniatis estaba tan furioso que incluso reservó un vuelo de regreso a Atenas.

Cambió de opinión y el tiempo le ha dado la razón: Grecia sigue en ruta.

El australiano Benjamin Williams será el encargado de dirigir el encuentro.