Se cumplieron 19 años de impunidad y complicidades: OCSS
El 28 de junio de 1997 emboscaron y asesinaron a 17 campesinos
Sábado 28 de junio de 2014, p. 13
Chilpancingo, Gro., 27 de junio.
La dirigencia de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) denunció que a 19 años de ocurrida la masacre en el vado de Aguas Blancas, en Coyuca de Benítez, no se ha castigado a los responsables, encabezados por Rubén Figueroa Alcocer.
Al respecto, Benigno Guzmán Martínez, uno de los fundadores de la OCSS, confirmó que este sábado 28 de junio, cuando se cumplen 19 años de la muerte de 17 campesinos, se llevarán a cabo diversos actos conmemorativos, uno en el vado, y otro en el poblado de Tepetixtla, municipio de Coyuca de Benítez.
Destacó en un comunicado que “la justicia sigue esperando. Rubén Figueroa Alcocer, el principal responsable de la masacre, sigue sin castigo. Son 19 años de impunidad, de complicidades para que el caso ya no sea tocado.
El gobierno federal creyó que con quitarlo (a Figueroa) el crimen de nuestros compañeros quedaría impune, que los olvidaríamos. No es así, tenemos un deber moral con los muertos y sus familiares y seguiremos exigiendo castigo. Como en los casos de los indígenas masacrados en Acteal, en El Charco, los mineros de Pasta de Conchos, los niños muertos en la guardería ABC, los desaparecidos de los años 70, los 80, los 90 y hasta la fecha, los asesinados de este tiempo, los encarcelados por motivos políticos y otros casos, aunque desde el poder esperan que su insensibilidad sea la nuestra
, señaló.
Luego de criticar en general las reformas impulsadas por el gobierno federal, mencionó que la llamada reforma del campo, otro despojo más, priorizará las agroindustrias, principalmente transnacionales, y favorecerá a los nuevos latifundios y a los caciques. Esperan despoblar aún más el campo, generar más migración, disponer de más mano de obra desesperada
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Damnificados por Manuel esperan ayuda
Afirmó que “ante las desgracias que sufrimos por los fenómenos naturales se sigue observando en los distintos niveles de gobierno la rapiña, la corrupción, y la insensibilidad. Ya llegó la otra temporada de lluvias y muchos de los damnificados por Manuel siguen esperando por la ayuda
tan abundante en los discursos políticos. La llamada delincuencia organizada actúa contra los luchadores sociales y contra los que no acatan los despojos”.
Por eso más allá del circo y el negocio futbolero, que usan para tratar de ocultar los problemas sociales, sembrando ilusiones y difundiendo fantasías, seguimos recordando a nuestros compañeros y exigiendo justicia. La fórmula de la antigua Roma, de pan y circo para las masas, en la vida de los más pobres de nuestro país, se vuelve más circo, más injusticias y menos alimentos
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El Centro de Defensa de los Derechos Humanos José María Morelos y Pavón consideró que la masacre “es un ejemplo claro de la impunidad de que gozan los autores materiales e intelectuales de los cuales algunos siguen siendo parte del aparato represivo, la falta de justicia es una burla descarnada y descarada hacia los familiares de las víctimas a quienes prometieron resarcirles un daño irreparable: la pérdida de sus seres queridos con una ‘ayuda humanitaria’ que nunca llegó”.
Recordó que “en aquel lejano 28 de junio de 1995 un grupo de 40 campesinos, integrantes de la OCSS, salieron para trasladarse en cinco camionetas de carga al mitin de su agrupación a Atoyac de Álvarez, en el que pedirían al gobierno la presentación con vida de Gilberto Romero Vázquez, quien había sido desaparecido el 24 de mayo de ese mismo año. Sin embargo, cuando circulaban por el vado de Aguas Blancas, un grupo de al menos 400 policías –de las desaparecidas corporaciones judiciales y motorizada– ya los esperaban para emboscarlos. El resultado fue de 17 campesinos muertos y 23 heridos, la mayoría de gravedad”.