San Cristóbal de Las Casas, Chis.

Con la aseveración de que la presencia de indocumentados incrementa los hechos delictivos, unos 20 habitantes de la colonia San Antonio Cahoacán, municipio de Tapachula, se manifestaron ayer para exigir la reubicación del albergue para migrantes Belén, que dirige el sacerdote Flor de María Rigoni. Los inconformes se apostaron frente al local con cartulinas y pancartas. Aseguraron que la presencia de centroamericanos ha aumentado en la zona los robos, el acoso a mujeres y los asaltos. “La preocupación que tenemos es que en los últimos meses se nos viene agrediendo por parte de migrantes, algunos de los cuales se hacen llamar MS 13, que andan tatuados del cuello; hay un chaparrito que se mete a las casas y se ha robado ropa”, afirmó María Isabel González Moreno a nombre de sus vecinos. De su lado, representantes del albergue aseguraron que los delitos mencionados por los inconformes no fueron perpetrados por migrantes, sino por delincuentes que se infiltran entre indocumentados.