El desempeño de la economía mexicana aún no presenta signos de una recuperación sustancial que permita alcanzar un crecimiento económico cercano a su potencial, sostuvo el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), un centro de análisis del sector privado en el que participan académicos, analistas económicos y empresarios.

El organismo, presidido por Raúl Gutiérrez, actual jefe de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), indicó que si bien no es posible indicar que la economía se encuentra en recesión es un hecho que la persistente debilidad de su desempeño se está convirtiendo en un problema más allá de lo coyuntural, ya que desde abril de 2013 las variaciones anuales del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) muestran resultados por debajo de la capacidad del aparato productivo.

El análisis del IDIC, al que también pertenece José Luis de la Cruz, ex director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, advierte que uno de los factores que han inhibido el crecimiento económico es el hecho de que los ingresos de los trabajadores mexicanos crecen de manera más lenta o incluso se reducen en mayor proporción que la productividad.

Puntualizó que mientras la productividad nacional subió un marginal 0.3 por ciento durante 2013 los ingresos de los trabajadores se redujeron 1.5 por ciento en el mismo lapso, situación que no es privativa del año anterior, ya que por ejemplo entre 2010 y 2013 existió un incremento promedio en productividad de 1.5 por ciento, mientras que el ingreso laboral real promedio per cápita disminuyó 2.3 puntos porcentuales.

El análisis también plantea dudas sobre la estrategia del gobierno de Enrique Peña Nieto de incrementar la deuda pública para impulsar el crecimiento económico, ya que mientras la deuda neta del sector público aumentó en más de 58 mil millones de dólares entre el inicio de la actual administración (diciembre de 2012) y mayo de este año, el crecimiento promedio de la economía no superó 1.5 por ciento.

Para poder pagar el país deberá elevar su ritmo de actividad productiva, y lo tendrá que hacer en tal magnitud que no solamente permita pagar el débito mencionado, también deberá generar la suficiente riqueza para aumentar el bienestar de los mexicanos. Ello habrá de reflejarse en mejores salarios y rendimientos para la inversión productiva, es decir para las empresas, de otra manera no se justificaría un mayor gasto de gobierno basado en deuda, advirtió el estudio.

Destacó que el gobierno ha apostado mucho a las reformas estructurales, confiando en que éstas serán el motor del crecimiento económico, pero no contempló que además el país debería incrementar su deuda pública para complementar su proceso.

La situación se tornará delicada si ello no ocurre, básicamente porque la deuda y sus intereses se deberán pagar independientemente de que se tenga éxito o no, alertó el IDIC.

También adelantó que si la estrategia es acertada, el mayor dinamismo elevará la recaudación y será la fuente de recursos con los cuales el gobierno podrá pagar su deuda pero si se vuelve a fallar se deberá recurrir al aumento de impuestos y a recortar el gasto.

Por ello adelantó que para lograr el crecimiento económico se debe incrementar la inversión pública y privada, elevar la productividad de las empresas e incrementar el financiamiento que los bancos les otorgan así como impulsar la innovación tecnológica que se realiza en el país, además de promover el desarrollo del capital humano, la educación y salud.