os solemnes senadores se reunieron en torno a los celulares de algunos de ellos. Habían debatido, intercambiado acusaciones y elogios de incoherencias galácticas. No son cosa de bromas las intercomunicaciones. Y son cosa muy seria los monopolios. Sobre todo en el amplio espacio de la desigualdad y el imperio de la plutocracia cuyo Big Bang anticipa que nuestra aristocracia pulquera sea ahora oligocracia y sus activos inversiones en el ancho mundo exterior, el primer mundo tan anhelado por la generación del reformismo que llegó para quedarse.

Ave José Ángel, más les valió ser cola del león de la OCDE que cabeza de ratón tercermundista. La reforma de las telecomunicaciones no es mero prólogo al saltapatrás de la reforma energética. Es el choque de gigantes que era pesadilla de Goya y justificaba su terrible frase: el sueño de la razón crea monstruos. Los sonrientes solones que se amontonaron para posar y aparecer en su festivo selfie formularon, redactaron, compusieron, corrigieron y acataron las acotaciones llegadas del jurídico de Los Pinos, residencia que hace las veces de sede del Poder Ejecutivo de la Unión, para grabar en las tablas de la ley las recetas de mágicas pócimas que permitan combatir a los monopolios sin afectar a los monopolistas. De ahí el elegante oximorón: duopolio. De ahí que el líder sindical telefonista, Hernández Juárez, expusiera los agravios al inconmensurable Carlos Slim y todo lo que éste representa en las cuentas alegres de Forbes y en el imaginario colectivo.

Del otro lado, un villano de telecomedia resistía los embates de la retórica y, sobre todo, los excesos demagógicos que unificaron los extremos de la derecha panista y la izquierda perredista. ¿Pero es que hubo alguna vez izquierda tal y 100 mil vírgenes? El villano de marras es poblano y Lozano, el mismo que fuera secretario del Trabajo y tutelara los intereses patronales en el mundo del revés. Los mineros velan sus muertos en socavones de Coahuila y en el oscuro mundo de Germán Larrea y las complicidades que acabaron en servidumbre de funcionarios públicos, auténticos mozos de estribo de los herederos del capital. Cananea languidece y ha vuelto a ser cárcel donde se castiga la pobreza. Indispensable digresión: porqué el senador Lozano sirve a un amo, sirve a dos, sirve a la idea misma de servidumbre. Pero es fiero defensor de honras ajenas y tiende un velo de discreción sobre los extensos dominios de Televisa. Jesús Zambrano es un ignorante, sentenció Lozano.

Y el Chucho dirigente de los indudables y tan cuestionados logros del partido que alguna vez fuera socialista, de raíz comunista y sólido tronco de nacionalismo revolucionario del cardenismo segunda generación, calló y aceptó el adjetivo. Poblano de nacimiento es Manuel Bartlett, de origen tabasqueño y veracruzano, descendiente nada menos que del poeta Díaz Mirón; hoy milita en el PT, de signos aleatorios en el norte de México y francamente alucinantes en Corea del Norte. Pero el senador Bartlett es hombre de Estado y sabe del poder y para qué sirve. Cree en el poder constituido y en el vigor de las normas constitucionales de nuestro proceso histórico; de la Revolución Mexicana y la creación del moderno Estado mexicano. Defiende principios. Y pasiones: Brutal monopolio de Televisa va a continuar: Bartlett, primera plana de La Jornada de ayer sábado.

En todo caso, el poblano del PT no está entre los que posaron alegremente para el selfie del sexenio. Extraños compañeros de lecho hace la política. Miguel Barbosa, también poblano, coordinador de la bancada del PRD, había adelantado a propios y extraños que él votaría en favor del dictamen de las leyes secundarias de Telecomunicaciones. Jesús Zambrano lo llamó al orden y todos los senadores del PRD votaron en contra; unanimidad que se parece a la sumisión del priato tardío como una gota de fango a otra. Y ahí estaba, sonriente, Armando Ríos Píter, aspirante a candidato plural de Guerrero, con Manuel Camacho como ángel de la guarda entre él y el líder Barbosa que se disciplinó a tiempo. Ah, la rubicunda faz de Emilio Gamboa, con el panista Jorge Luis Preciado entre sus rodillas y el senador Lozano abrazado a René Juárez Cisneros. Uno que ya fue gobernador de Guerrero, en la hora de la insana distancia: El primer gobernador negro de Guerrero, diría el inefable doctorcito Zedillo.

En fin. Dicen que Enrique Peña Nieto quería que hubiera votos de perredistas y panistas en favor, para mantener viva la ilusión del Pacto: los del PAN se dividieron en fracciones del cuerpo ya mocho. Y las cuentas del cultivo yucateco fueron como las del Gran Capitán: Más de 80 votos tricolores, a los que se añadió uno del PT, así como 23 del PAN. Y ahora resulta que Francisco Gil y el resto del rebaño de Cordero son mejores mercaderes que Madero y la banda que lo volvió a elegir líder del partido que nació bajo la sombra del falangismo español y al que ahora le brotan retoños neonazis. Hay elecciones este año en Nayarit y en Coahuila. Se quejan los maderistas del PAN de lo que de ellos ha dicho el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda. Que culpen a la juventud del nayarita. Dicen que los recibieron con guardianes del orden y acusaciones de nexos con delincuentes.

En Punta Mita recibió Enrique Peña Nieto a madame Lagarde, directora del FMI, simpatizante del activismo político y los acuerdos de Peña Nieto con la oposición. Será porque en Francia han sometido al ex presidente Sarkozy a juicio y lo han interrogado los jueces durante más de 15 horas. El escándalo roza apenas a madame Lagarde, y aunque Sarkozy responde y acusa a François Hollande y a los socialistas de persecución política y violación de hecho y de derecho de las normas y usos republicanos, las grabaciones telefónicas de conversaciones con sus abogados y el lavado de millones de euros obtenidos de anciana multimillonaria de la oligarquía francesa de los cosméticos dejará huella y lo anula políticamente. Pero la insensibilidad de François Hollande va a favorecer a la derecha lepenista.

Breve digresión para enfocar la esfera global del asunto etéreo y turbio de las telecomunicaciones. Se habrán preguntado los adoradores de la infinita red, de la cadena de flujo abierto, libre, de comunicaciones, intercambio de información, acceso a datos y detalles de lo humanista a lo científico, ¿en qué manera y en favor de quién va a alterarse la Internet que pusieron al servicio universal y gratuito sus creadores? Por lo pronto y antes de que le metan mano nuestros aprendices de brujos y los tecnócratas y académicos al servicio de los dueños del dinero (el par de gigantes del duopolio del terror, pero no sólo esos), la magia fascinante de la Internet ya mostró la mano negra que la mueve: bases de datos a la venta, al mejor postor; tus datos personales, gustos, gastos, disgustos, vicios y hábitos a disposición del libérrimo mercado. Y ahora anticipa Google que la enorme mayoría de las operaciones bancarias se harán a través de Internet y las máquinas de cada mago de Oz que lo controla.

Y la violencia que no cede. Veintidós muertos hubo en la balacera del 1º de julio de este año en el estado de México. ¿Qué hemos hecho del antiguo valle metafísico al que cantara Alfonso Reyes? Envenenarlo. Y sembrar la semilla del caos anarquizante. Menos mal que Eruviel Ávila se acordó de que es gobernador del estado libre y soberano del estado de México: el centralismo federalista es como la estabilidad económica paralizante.