Domingo 6 de julio de 2014, p. 8
La Iglesia católica en México cuenta con cerca de 70 casas de asistencia para apoyar a quienes migran hacia Estados Unidos, pero de acuerdo con un análisis de la Comisión Episcopal de Pastoral Social-Cáritas México (Ceps-Cáritas), “no se dan abasto para atender a menores que buscan alcanzar el llamado sueño americano”.
Diariamente esos centros, desplegados en todo el territorio por iniciativa de algunas diócesis, parroquias o fieles laicos, reciben una gran cantidad de niños
, en su mayoría centroamericanos.
Solamente siete u ocho por ciento de esos menores son mexicanos; el resto son de Honduras, Guatemala y El Salvador, que es donde se da el mayor número de abandono de niños migrantes
, según Fabián Hidalgo Martínez, asesor jurídico de la Dimensión de Movilidad Humana de Ceps-Cáritas.
En el informe, el especialista alertó que se trata de un problemaemática que difícilmente se terminará, pues a la falta de empleo, educación y seguridad, así como la violencia en sus respectivos países, se suma “el rumor soltado por los polleros (traficantes de personas) de que los menores, al entrar a territorio estadunidense, podrían regularizar su estadía fácilmente”.
La situación, conforme al análisis del organismo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, no sólo rebasa a las casas de la Iglesia, sino también a las de organizaciones no gubernamentales y del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
No hay espacios ni recursos para ayudar a tantos migrantes de paso
, resaltó Hidalgo Martínez.