Los menores indocumentados, problema social incontenible
Martes 8 de julio de 2014, p. 7
El sacerdote Alejandro Solalinde alertó que si el gobierno de Estados Unidos elude dar un trato humanitario a la crisis de los niños migrantes no acompañados, ésta se le revertirá.
‘‘Esto es una bomba de tiempo. Se pueden quitar a los niños de enfrente y tomarse la foto, pero será un bumerán y un problema social incontenible, no nada más para ese país, sino para toda la región’’, expresó.
Ayer, Solalinde participó en el foro de discusión de la iniciativa de ley federal para la protección y asistencia de niños y adolescentes migrantes no acompañados, realizado en la Cámara de Diputados, y ahí señaló que los gobiernos apuestan por una línea de contención, de repatriación y privación de la libertad de manera indiscriminada a mujeres, niños y adultos.
‘‘Lo asumen todo como una cuestión de seguridad y su perspectiva no es realmente humanitaria, sólo la revisten de eso (...) el fenómeno de los niños migrantes no acompañados va a crecer, pero sólo los exponen a la delincuencia, los están poniendo de pechito y entregando para que formen parte del crimen organizado’’, cuestionó.
Para Solalinde, los gobiernos de la región no han sabido leer la historia. Ejemplificó que después de los acuerdos de paz en El Salvador, adolescentes que habían combatido con el gobierno o el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional migraron a Estados Unidos.
‘‘Llegan allá, no los reciben, tienen que imponerse, se hacen fuertes y se convierten en un problema social. En lugar de darles un trato humanitario a esos jóvenes, ahora adultos que venían de la guerra, nadie se apiadó de ellos, los regresaron. Y los recibieron igual. La Iglesia y el gobierno no se preocuparon por ellos, los reprimieron hasta convertirlos en el monstruo que ahora son. Es un problema de descuido social’’, dijo.
Activistas en riesgo
Por otra parte, durante un foro organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Solalinde dijo que es preocupante el clima de persecución, asesinatos, encarcelamientos y represión hacia defensores y defensoras de derechos humanos, y luchadores sociales.
‘‘No podemos callarnos porque nos están llevando a una dictadura, a una fachada democrática, a una simulación; lo que está pasando es terrible, pero lo que nos espera es peor.’’
(Mirna Servín Vega)