Interpretaron el programa Fuga para 200 dedos en el Teatro Ángela Peralta
De 70 aspirantes sólo se aceptarán a 16, dice Claudia Lavista, codirectora de la institución
Sábado 12 de julio de 2014, p. 9
Mazatlán, Sin., 11 de julio.
Con el programa Fuga para 200 dedos 10 bailarines se graduaron en la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán.
Interpretaron cuatro coreografías innovadoras con el modelo de la compañía Delfos Danza Contemporánea, que desde 1998 se asentó en esta ciudad.
La función de despedida de los jóvenes bailarines, que se presentaron en el Teatro Ángela Peralta, incluyó el estreno de las obras Concierto barroco, de Víctor Manuel Ruiz; Ídem, de Omar Carrum; Sordo, de Mauricio Nava (coreógrafo invitado), y La tierra que habitamos, de Claudia Lavista, todos ganadores del Premio Nacional de Danza INBA-UAM, pues exploran desde una mirada artística personal maneras distintas de crear y descubrir la escena.
Claudia Lavista, codirectora de Delfos, se refiere al nombre Fuga para 200 dedos como el número de apéndices de manos y pies de la decena de graduados. Además, su coreografía La tierra que habitamos le rinde homenaje; es una pieza poética que recupera la vida cotidiana, la amistad, pues se construyó mediante la exploración de los trastornos de la personalidad, en la parte oscura que tiene uno adentro y se quiere salir, como el demonio, las bestias que llevamos dentro. Esta pieza la interpretaron Ana Karen, Javier, Annel, Luis Alberto, Alejandra Renee y José Humberto Vega.
Seis bailarinas y cuatro bailarines
La decimotercera generación de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán –institución fundada en 1998 por la Dirección de Difusión Cultural, ahora Instituto Municipal de la Cultura del Ayuntamiento de Mazatlán– está integrada por Sofía González Quiroz (DF), Alejandra Muñoz (Puebla), Annel Ramírez (Guerrero), Melissa Herrada y Jose Humberto Vega (Tijuana), Javier Alejandro Pérez (Ecuador), Eliana Jiménez (Colombia), Ana Karen González, Alejandra Renee Torres y Luis Alberto Rubio (Mazatlán)
Ídem, de Omar Carrum, una obra autobiográfica que explora los trastornos de la personalidad y el lado oscuro del ser humano, fue interpretada por Alejandra, Sofía, Melisa y Eliana.
La pieza Sordo, de Mauricio Nava, quien recientemente ganó el Premio Nacional de Danza INBA-UAM, está inspirada en la necesidad de escuchar a la persona en su conducta, no sólo de oírlas, sino poner atención en una sociedad saturada de información y excesos de elementos del ser humano que impiden estar cerca del otro y entonces nos volvemos sordos y ciegos.
Concierto barroco marcó el final del programa –que duró alrededor de 120 minutos–, donde el público gozó con la coreografía de Víctor Manuel Ruiz y la música de la Camerata de Mazatlán, que dirige Percival Álvarez.
El público ovacionó a Anna, Sofía, Melisa, Alejandra, Javier, Annel, Luis, Eliana y José Humberto. La pieza, inspirada en la obra de los coreógrafos Paul Taylor y George Balanchine, propone un divertimento contemporáneo, basado en el goce del movimiento a través de la fluidez, texturas, precisión: fraseo y control de la gravedad a gran velocidad corporal, alimentada por el tempo musical del concierto para dos violines en D menor de Johann Sebastian Bach.
La obra que interpretó por Claudia Lavista –codirectora de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán e integrante de Delfos Danza contemporánea–, se refiere a la importancia de la formación de profesionales en la danza en Mazatlán, donde tienen un modelo pedagógico interdisciplinario, con la finalidad de seguir alimentando a la danza en México y el mundo, porque los bailarines que egresan se incorporan a compañías nacionales y extranjeras.
Educación artística de calidad
Claudia Lavista dijo que su sueño de hacer una escuela de danza se logró hace 16 años, con el fallecido promotor cultural Ricardo Urquijo, y con los gobiernos; la bailarina reconoce el esfuerzo del ayuntamiento de Mazatlán, por conducto del Instituto Municipal y de su director Raúl Rico, por la apuesta de sostener la educación artística de calidad, no sólo de la escuela de danza, sino del Centro Municipal de las Artes, donde se imparten varias licenciaturas, así como de los cursos relacionados con las artes.
En la actualidad, agregó la artista, el Centro Municipal de las Artes es insuficiente, pues para ingresar a la Escuela de Danza llegaron 70 chicos, sin embargo sólo serán aceptados 16.
“Es una lástima –prosiguió Claudia Lavista–, pues nos habría gustado crecer más. Sin embargo, lo importante es despertar el interés y el talento por la danza, pues en la escuela hay jóvenes de Noruega, Gran Bretaña, Estados Unidos, Colombia y México.