Sábado 12 de julio de 2014, p. a10
El escritor Alfonso Reyes (Monterrey, 1889-DF, 1959) está olvidado y en ocasiones es tratado como un intocable don Alfonso
; fue un ser humano con claroscuros como todos, y eso es lo que trato de plasmar en Reina de Reyes (Planeta), dice Sandra Frid a propósito de su más reciente libro.
Está un poco olvidado. Es muy importante. Escribió teatro, poesía y prosa; tiene ensayos importantísimos. Ahora en las preparatorias no te piden leerlo. Creo que está un poco olvidado y debe ser rescatado. Hay muchas biografías sobre Reyes, pero no hay una novela sobre él. Se le trata de usted, con mucha distancia, y yo trato de borrar esa distancia y hablarle de tú
, explica la narradora a La Jornada.
Tratado como una figura de mármol perfecta
, Frid (Monterrey, 1959) intenta un acercamiento diferente de Reyes: “Tenía que escribirlo mediante su esposa, porque ella es quien mejor lo conoció, lo amaba y admiraba. Por todos estos aspectos, tenía que llegar a él por medio de ella. Él no iba a confesar las cosas que aparecen en la novela. Y en las biografías no aparecen todos estos secretos que estuve investigando y que descubrí.
“Manuela siempre se sintió agradecida con Reyes por haberla ‘rescatado’, porque ella hubiera pasado desapercibida si no hubiera sido su esposa. Lo amó y admiró siempre, aunque surgieron resentimientos, pero ella lo amó hasta el último día. A las generaciones de ahora les cuesta trabajo entender que una mujer haya aguantado lo que ella, pero tenemos que meternos en esa época, en ese contexto en el que las relaciones no eran desechables”.
El título alude a Manuelita, pero creo que es la literatura la que es la reina de Reyes. Él amaba su biblioteca, que aún existe en la Capilla Alfonsina y es más grande que su casa (...) Cuando él era embajador y su madre estaba muy enferma, le dieron permiso para regresar a México a verla. Cuando llega, después de días en barco y luego en tren desde Veracruz, él dudó entre ir a ver a su madre o a su biblioteca. Ése era el amor que sentía por sus libros
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Frid entrevistó a Amparo Dávila y Dolores Castro, quienes fueron secretarias del humanista; y charló con Alicia Reyes: No soltó mucha prenda, porque es una guardiana muy celosa de los secretos del escritor y de la Capilla Alfonsina
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Reyes es siempre actual. Es un purista del lenguaje, lo maneja de una manera muy hermosa. Tenemos mucho que aprenderle. Es importante que regresemos al verdadero lenguaje que se nos escapa
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