Martes 15 de julio de 2014, p. 2
Texas. En los estados en los que se realiza fracturación hidráulica de suelo para extraer petróleo y gas se está registrando una actividad sísmica sin precedente. El método de perforación involucra lanzar chorros de agua, arena y sustancias químicas a alta presión en formaciones profundas de roca sedimentaria para liberar los hidrocarburos. El proceso produce millones de litros de agua residual que los operadores envían al subsuelo a pozos de inyección. Los científicos están investigando si esas inyecciones están ocasionando sismos. Un estudio publicado a inicios de este mes en la revista Science sugiere que tan sólo cuatro pozos de inyección en Oklahoma han ocasionado aproximadamente 20 por ciento de los movimientos telúricos registrados desde la frontera este de Colorado hasta la costa el Atlántico desde 2008. Sin embargo, sismólogos y la industria de petróleo y gas enfatizan que la cifra de sismos vinculada a pozos de inyección es relativamente pequeña ante los miles de pozos en operación en décadas redientes.