Moscú, 14 de julio.

El Kremlin desmintió este lunes que tenga la intención de realizar ataques puntuales con misiles contra objetivos militares en territorio de Ucrania en respuesta al proyectil que cayó ayer en el poblado de Donietsk (homónimo de la ciudad y región ucranias), en la región de Rostov, a tres kilómetros de la frontera entre ambos países eslavos, y causó la muerte de un ruso e hirió a dos.

Es una estupidez, no hay nada que comentar. No es cierto, afirmó categórico Dimitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa.

Una fuente no identificada, presuntamente cercana al Kremlin, filtró anoche a la prensa local dicha posibilidad, que incluso recibió cierto apoyo entre los legisladores de la Duma.

En particular, el vicepresidente del comité de defensa de la cámara baja, Frantz Klintsevich, señaló: Al día de hoy, Rusia no tiene pensado responder con ataques puntuales. Nos empujan a ello.

Tanto el ejército ucranio como las milicias separatistas que se enfrentan en la región de Lugansk, colindante con Rostov, aseguran no haber lanzado el proyectil y se culpan mutuamente de alcanzar territorio ruso con sus bombas.

Imposible saber quién dice la verdad, pues el gobierno ucranio y separatistas también libran una batalla de información y con frecuencia recurren a exageraciones, cuando no distorsionan la realidad o inventan hechos.

Cada quien –acorde con sus simpatías– juzgue con estos dos ejemplos: los separatistas dicen que el ejército ucranio crucificó a un niño de tres años hasta que murió desangrado delante de su madre, amarrada a un árbol, impotente de ayudarlo; el ejército ucranio sostiene que los independentistas lanzan proyectiles a territorio de Rusia para endosarles la culpa y forzar una intervención de las fuerzas armadas rusas.

¿Dónde está la verdad? Hasta ahora lo único cierto en esa zona oriental de Ucrania es que, en los últimos días, se recrudecieron los combates en Lugansk y Donietsk, sobre todo en la primera, que es una región colindante con Rusia.

Pero aún casi sitiada la ciudad de Lugansk, el pasado fin de semana, es cinco veces más grande que Slaviansk y, para el gobierno de Kiev, será muy difícil y sin duda más prolongado derrotar a los separatistas.

Rusia y la Unión Europea coinciden en que es indispensable lograr un alto el fuego y comenzar negociaciones para un arreglo político.