Miércoles 16 de julio de 2014, p. a10
Entre las escuelas meditativas de Oriente, una poco conocida ha empezado a abrirse camino en México: el chi kung (Qi Gong en chino), danza que en su lentitud lleva a los practicantes a la total concentración y conciencia del cuerpo. Alfredo Fernández, presidente de la Asociación Mexicana del Chi Kung para la Salud, ha visto entre enfermos de cáncer y otros males las enormes virtudes de esta técnica.
Es una actividad fundamentalmente terapéutica para elevar la circulación de la sangre mediante estiramientos musculares y respiración armónica, explica Fernández. Ni los aerobics, o saltos, o las carreras, pueden activar los 600 músculos del cuerpo como el chi kung.
La enfermedad proviene de la inmovilidad, que produce tensión, presión de nervios y arterias y dolor crónico, el caldo de cultivo para cualquier malestar
, pecisa.
Trabajo interno
Según Fernández, la meditación se ha puesto de moda, pero sin explicarse bien. No se trata de quedarse callado sin hacer nada, sino trabajar internamente. La lentitud de las contorsiones en el chi kung advierte una profunda concentración, que en sí misma exige un enorme esfuerzo de agudeza y control mental.
Como maestro en los talleres de la Fundación para el Bienestar Natural de Yucatán, Fernández ha visto cómo esta práctica ha ayudado a los enfermos de cáncer “no a curarse, porque no hay varitas mágicas, pero sí a cambiar su actitud ante el mal, a elevar su calidad de vida…”
Impartirá la próxima semana un curso intensivo en la Casa de Cultura Raúl Anguiano, localizada en Rey Netzahualcóyotl s/n esquina Yaquis, en la colonia Ajusco Huayamilpas, Delegación Coyoacán, del 21 al 25 de julio, de 9:00 a 15:00 horas con un costo de 880 pesos. Información al 6365-8696, con Alejandro Quiroz Soriano al 044 5534-081029 o [email protected]