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Presentan el programa Umbrales en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

Compañeras de hombres migrantes se unen para poder seguir adelante

Vivir esperando si algún día regresan, no es tan diferente de ir a la guerra, opina Isabel Beteta

El próximo septiembre será escenificado en el Festival Angelopolitano de Danza en Puebla

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Bailarines que encarnan a los hombres que, por migrar, dejan solas a las mujeres, en una escena de El umbral de la ausencia, coreografía de Isabel Beteta, directora de la compañía Nemian Danza, que el jueves se estrenó el Teatro de la CiudadFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de julio de 2014, p. 4

La unión y el apoyo entre las mujeres que se quedan solas debido la migración de un ser querido es el tema de El umbral de la ausencia, coreografía que el jueves fue estrenada en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Esa propuesta es una creación al alimón de Isabel Beteta y Patricia Estay Reyno, quienes dirigen las agrupaciones Nemian Danza Escénica y la Compañía de Danza Contemporánea de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, respectivamente.

Asimismo, se presentó el trabajo Quien carga los sueños, coreografía inspirada en la plástica y conceptos surrealistas. Ambas obras conformaron el programa denominado Umbrales.

La maestra Beteta explicó que para la coreografía El umbral de la ausencia se inspiró en Las troyanas, de Eurípides, con la finalidad de hablar no de los hombres ausentes, sino de las mujeres que se quedan solas, con la incertidumbre de no saber si el ser querido logró cruzar la frontera o si regresará.

En México, con la migración, se ve reflejada esa circunstancia. De cierta manera, vivir esperando si algún día regresan, no es tan diferente de ir a la guerra, comenta la creadora escénica.

La obra no se concentra tanto en la parte trágica de la pérdida, sino en la unión de las que se quedan para seguir adelante, destaca.

Aisladas, pero juntas

El umbral de la ausencia se divide en tres momentos. El primero es muy viril, pues aparecen 10 hombres en escena, cuando éstos se ponen de acuerdo para partir. El segundo es la despedida, pero no es nada más la del marido, sino que puede ser la del hijo, el hermano o la abuela, y representa la desintegración familiar. Y el tercero refleja a las mujeres que se unen para seguir adelante, a las que están aisladas, pero juntas. Y como epílogo: de todos los hombres que se van, sólo uno regresa.

Respecto de Quien carga los sueños, obra interpretada por los integrantes de Nemian Danza, se articuló a manera de lo que se conoce como un cadáver exquisito, así como en imágenes de los artistas Giorgio de Chirico y René Magritt, así como ciertas alusiones a Remedios Varo.

Isabel Beteta señala que los movimientos dancísticos se fueron encadenando a la manera de la escritura automática, creando una serie de imágenes que de alguna forma palntean una historia no lineal. Eso complementó el trabajo musical que se hizo antes del montaje, que integra una voz japonesa, la voz de Beteta, los susurros de los bailarines y música de varias latitudes.

Entre la presentación de una y otra coreografía, se programó un breve interludio a cargo de la Compañía de Danza Contemporánea poblana, cuyos integrantes interpretaron la obra Touching fire, del coreógrafo Charlotte Boye-Christensen.

Luego del estreno y única presentación en el Teatro de la Ciudad, Umbrales será interpretado en la apertura del Festival Angelopolitano de Danza 2014, que se efectuará en septiembre, en la ciudad de Puebla.