Sábado 19 de julio de 2014, p. 23
Unos 400 guatemaltecos y hondureños, entre ellos 42 menores y sus madres, llegaron ayer deportados de Estados Unidos, país que aceleró la expulsión de indocumentados de Centroamérica en un intento por desestimular el éxodo de niños
Tres aviones estadunidenses aterrizaron en la terminal de la fuerza aérea de Guatemala con 354 migrantes, entre ellos siete niños y sus madres, mientras al aeropuerto de San Pedro Sula, Honduras, llegaron 31 mujeres, 19 menores y 14 niñas, así como dos adolescentes, según fuentes oficiales.
Con pocos bienes, los deportados caminaron cabizbajos por la pista del aeropuerto de Ciudad de Guatemala; algunas de las mujeres, con los más pequeños en sus brazos.
Para evitar ser fotografiados por periodistas, los niños y sus madres cubrieron sus rostros con prendas de vestir.
Luego de pasar el control migratorio abordaron un autobús pagado por el gobierno que los llevó a sus apartados lugares de origen, ubicados en cinco departamentos. Un proceso similar se siguió en Honduras.