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Alfonso Vázquez, de la UNAM, parte de un grupo que presentará nuevo reporte sobre el tema

El problema no es lo que contamina al mar, sino las leyes que lo permiten

Las aguas residuales, asunto muy crítico en el Golfo de México, alerta el también integrante de la AMC

Puede convertirse en un ciclo insano, pues reciben excremento y orina humanos, advierte

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Esta ballena nada con su cría en el océano Atlántico frente a la costa de Estados Unidos cerca de la frontera entre Florida y Georgia, área que se está abriendo a la exploración de petróleoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de julio de 2014, p. 2

En 1997 un nutrido grupo de investigadores de diversas especialidades publicó un análisis detallado sobre la contaminación de los mares mexicanos. Los estudios realizados en el Golfo de México reportados ese año y en 2005, en comparación con los efectuados recientemente y que formarán un nuevo informe en 2014, revelan que conforme pasa el tiempo el agua marina está más afectada por el problema.

Especialistas de diversas universidades del país se reúnen para integrar la más completa y pormenorizada investigación al respecto. Uno de ellos es Alfonso Vázquez Botello, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El investigador, también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, explicó que para analizar cuáles son los principales contaminantes fue necesario dividir las aguas por zonas, pues cada una tiene problemas diferentes debido en gran medida a las actividades que se realizan en las costas. La tarea es identificar qué tipo de contaminante es característico y definir su intensidad.

Por ejemplo, la zona del Pacífico es prácticamente de flujo turístico y hay pocos puertos, como el de Salina Cruz, en Oaxaca, o el de Ensenada o Rosarito, en Baja California, que son puertos pesqueros y las áreas de presión ambiental que provienen del desarrollo turístico y de la pesca intensa.

En el caso del Golfo de México, desde Altamira, en Tampico, hasta Alvarado, en Veracruz, se tiene una problemática diferente, pues son puertos industriales y la actividad que sobresale es el transporte de petróleo. Aquí la panorámica cambia, pues en los puertos industriales los contaminantes que abundan son hidrocarburos del petróleo y metales, destacó.

Sin embargo, un problema constante en todos los mares es el de microbiología sanitaria, la cual se origina, entre otras causas, por las descargas de las aguas residuales provenientes de las áreas urbanas asentadas en las zonas costeras. Es un contaminante biológico de origen humano. Los microorganismos que son desechados con las aguas municipales no tienen el tratamiento adecuado y llegan así al mar, convirtiéndose en un problema muy serio y crítico en el Golfo de México.

Las aguas residuales contienen microorganismos pueden transformarse en un ciclo insano, ya que la fuente principal de los patógenos es el agua que recibe aportes de excremento y orina humanos. Uno de los microorganismos comúnmente asociados a ellas es la Escherichia coli.

Pese a que el mar tiene su propio ciclo de limpieza, éste es lento y los contaminantes son abundantes. La presencia de micoorganismos es un problema que ha aumentado desde nuestro informe de 2005, titulado Golfo de México, contaminación e impacto ambiental: diagnóstico y tendencias (segunda edición), destacó Vázquez Botello, quien junto con Jaime Rendón von Osten, Gerardo Gold-Bouchot y Claudia Agraz-Hernández, fungieron como editores.

La finalidad de la compilación es reunir la más completa información sobre los principales contaminantes de cada zona costera, determinar cuál es su magnitud y qué efectos tiene en la biología marina, así como el impacto ambiental, debido a su importancia en los ámbitos social, político y económico.

Tras nueve años, el informe correspondiente a 2014 –próximo a publicarse– demuestra, según el experto, que el problema ha aumentado, aunque en general, todos los principales contaminantes se han incrementado.

Para mí, el problema principal no son los contaminantes que llegan al mar, sino la ley que lo permite. México es, tal vez, el país más rico en leyes ambientales; sin embargo, muchas son letra muerta, pues no se aplican correctamente, dijo el experto, que desde hace 40 años trabaja en el área de oceanografía química.

Señaló que es necesario educar a los niños y a quienes toman decisiones. Primero educación, porque en ella se fundamenta el respeto por el ambiente, este es su futuro ecológico. Educar también en el cumplimiento de las leyes. Nosotros hemos señalado los problemas pero no hay una respuesta. La tarea de los investigadores se cumple y no va más allá.