Paola Longoria arrancó suspiros con un vestido que resaltó su bella figura y con la sonrisa pícara que le caracteriza, aunque en la cancha se transforma y salta como una leona. No hay nadie que la derrote en raquetbol y para refrendar su reinado mundial trae por primera vez a México el Tour Profesional, del 14 al 16 de agosto, en la entidad donde nací y me abre las puertas: San Luis Potosí.

Además de los dos récords del orbe que desea establecer, el de partidos consecutivos sin perder y títulos, 138 y 35 en su palmarés, de manera respectiva, la potosina que marcha invicta desde 2011 no esconde su orgullo de que por sus resultados se le haya concedido traer la liga profesional, por lo menos durante un año, y con dos certámenes más en Monterrey el estado de México.

De visita en la capital para anunciar el Grand Slam que lleva su nombre y que repartirá una bolsa de 43 mil dólares entre 25 exponentes participantes dentro de la Feria Nacional Potosina, como parte de los 33 actos deportivos programados, la raquetbolista extendió agradecimientos a organismos, funcionarios de su estado y empresas privadas, por haber creído en mí y en el proyecto que ha comenzado a dar sus frutos para impulsar su deporte en niños y jóvenes en diferentes entidades.

Escuela de alto rendimiento

La escuela de alto rendimiento Paola Longoria ya es un hecho, refiere la deportista: Mi objetivo es tratar de poner canchas públicas y tener más campeonas como yo, aprovechando el éxito que ha logrado en su carrera deportiva que comenzó hace 13 años, porque desgraciadamente el raquetbol sólo se da en clubes privados.

El resurgimiento de talentos con la Olimpiada Nacional Juvenil y el crecimiento de otras naciones que fueron invitadas al primer Festival Deportivo Panamericano en Guadalajara hace pensar a Longoria en que el país es una potencia en su disciplina, como se ha demostrado en justas centroamericanas y continentales en su camino a los Juegos Olímpicos, donde también lucha para que sea considerada en el programa de competencias de exhibición u oficial.

Atenta a cada pregunta, Paola se define como una deportista disciplinada y comprometida con lo que más le gusta, y está convencida de que ahora sí culminará un buen año conquistando el Premio al Mérito Deportivo por su trayectoria.

La raquetbolista Paola Longoria presentó por primera vez en México el Tour profesional, que se llevará a cabo del 14 al 16 de agosto en su estado natalFoto Yazmín Ortega

Ha ganado todo y tiene en su casa una vitrina de trofeos y medallas que comparte con su familia. Recuerda que hace un año la invadió la tristeza y decepción por no haber recibido la distinción que se entregó a la halterista Carolina Valencia, acusada de presunto dopaje en el Mundial de Polonia 2013 luego de ganar tres medallas de bronce en la categoría de 48 kilogramos.

Es una deportista que respeto mucho, dice, y prefiere no dar ninguna opinión, pero le duele que no se haya reconocido todo lo que ella había hecho, por eso espera que en esta ocasión el jurado, del que forman parte las instituciones del deporte, medallistas olímpicos, ganadores del Premio Nacional de Deportes y medios de comunicación, se lo conceda, porque su constancia es inapelable.

“Soy doble campeona mundial, medallista de oro (singles y dobles) en Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Tour Profesional, Campeonato Nacional. Tengo récords, sigo invicta; ¿no sé qué más tengo qué hacer para ganarlo?”, dice sonriente, pero Othón Díaz, subdirector general de Calidad para el Deporte, ya le prometió que le daría su voto, porque está seguro que ahora sí se lo darían.

Sería un orgullo ganarlo y me motivaría a dar más, dijo Paola, quien no escatima nada para ser la mejor con un entrenamiento diario por ser una chica súper disciplinada, entregada, que deja todo con ocho horas en la cancha como si fuera un trabajo de todos los días.

Respeta a todas sus rivales porque para ella no hay enemigo pequeño. Estima que con la estadunidense Rhonda Rajshich, a la que desplazó del trono mundial, se ha enfrentado como 50 veces y se conocen de pies a cabeza.

Otra adversaria es la argentina María José Vargas a la que derrotó en la final mundial, así como ecuatorianas y colombianas. Con quien nos toque las respeto, todas quieren vencerme y yo no me dejo, dice con firmeza.