El escritor debuta en la literatura juvenil con El misterio de la orquídea calavera
Pretende provocar a los jóvenes: busco un lector curioso, inteligente, sin temor
, dice en entrevista
Cada libro que se publica en América Latina es un testimonio de que algo no anda bien; pertenezco a ese grupo de autores, subrayó Élmer Mendoza en charla con La Jornada Foto Cristina Rodríguez
Domingo 27 de julio de 2014, p. 3
Con todo lo que ha pasado en los años recientes, México corre el peligro de volverse un país realista y eso no lo podemos permitir, perderíamos muchísimo de lo que tiene que ver con nuestras tradiciones culturales como el Día de Muertos, los fantasmas, el chamanismo
, dice el escritor Élmer Mendoza, quien se aventura en la literatura juvenil con su nueva novela El misterio de la orquídea calavera, donde el paisaje surrealista de Xilitla y Edward James son los protagonistas junto con El Capi Garay, un jovenzuelo de 18 años, alérgico a la pimienta y la canela.
Este libro, publicado por Tusquets, es el primero de una trilogía con el Capi como personaje central. Aquí no hay zombis ni vampiros, en éstas páginas los antagonistas no tienen colmillos ni varitas mágicas, son secuestradores. Aunque es ficción, no es fantasía.
“Los jóvenes pueden leer de vampiros, zombis, magos, de lo que sea, pero tienen que conocer el país donde vivimos, si no tengo miedo de escribir una novela para jóvenes donde expongo un problema posible, ellos, creo que no tienen que temerle a El misterio de la orquídea calavera, porque a final de cuentas es algo que, aunque espero que no les pase jamás, al menos tienen una información básica sobre lo que es el secuestro y lo que les va a tocar soportar”.
En los países subdesarrollados, añade, el mundo nunca es bonito y, por ejemplo, en ésta ciudad me llamaba la atención que me decían que los chicos que viven en Santa Fe no confían en el centro de la ciudad. Pude charlar con algunos de ellos, de 15 o 20 años y no conocían el Zócalo ni les interesaba conocerlo. Entonces este libro es para decirles: esto es lo que ocurre en su país y no pueden decir que son muy jóvenes para saberlo. ¡Claro que no!
–¿Por qué el interés en la literatura juvenil?
–Me encantaría decirte que para ganar dinero, pero no es verdad. Era como una gana; he sido profesor de jóvenes y siempre veía un desapego entre sus vidas, sus familias, su país, su región, sus días, con una vida bastante vegetativa. Con El misterio de la orquídea calavera espero provocarlos. Voy sobre eso. Estoy pensando en un lector joven, pero capaz de seguirme el ritmo, curioso, inteligente, dispuesto a analizarse a sí mismo, no temeroso. Nada deseo más que encontrarlo.
La violencia real sigue presente, como en el resto de su obra y su razón es que “el país es así, porque vivo aquí, siento mucho mi país, todos los días sin pretenderlo veo asuntos que tienen que ver con la violencia, me entero de delitos, veo fotografías, noticieros, veo gente lamentándose, adultos haciéndose preguntas, jóvenes no. Aquí vivo. Ya ves que nuestros libros no son inocentes, cada libro que se publica en América Latina es un testimonio de que algo no anda bien, y pertenezco a ese grupo de autores.
–¿Escribir sobre la violencia ayuda a entender lo que pasa?
–Sí, claro, porque, si quiero hacer que los demás cuestionen lo que está pasando, yo mismo tengo que cuestionar y entender lo que ocurre en nuestro país. No podría señalar nada si no estoy enterado de lo que pasa. La realidad se entiende muchísimo por los periódicos, pero los libros son una interpretación de la realidad, de lo que aparece en los periódicos, pero libros y diarios se complementan magistralmente uno después del otro.
–¿No le gustaría escribir sobre otro tema?
–Escribiría una novela erótica, no es cierto. Desde siempre he querido escribir una novela de ciencia ficción.
–¿Lo ha intentado?
–Sí, cómo no, muchas veces me he metido y siempre lo digo, creo que ya estoy mentalmente preparado para volverme a meter y quizá pueda conseguirlo para demostrar que es auténtico mi deseo.
–La pregunta es porque a muchos escritores no les gusta que los encasillen en un sólo género. ¿Le gusta estar en este género o busca una salida?
–Me da igual. Lo que necesito escribir es una obra maestra, y una obra maestra probablemente no tiene género más que ése y espero conseguirlo. Mientras, puedo decir lo que sea de mis libros, de mi obra, pueden encasillarme como un escritor de novela erótica cuando la escriba, o de ciencia ficción o de narcoliteratura. No me afecta. Tengo muy claro lo que quiero y tengo que conseguirlo.
Por lo pronto, ya prepara la cuarta entrega de la saga del detective Édgar El Zurdo Mendieta.