Escenas de pudor y liviandad, selección del acervo de Carlos Monsiváis
Domingo 27 de julio de 2014, p. 4
Majestuosas, coquetas, provocadoras, audaces, así fueron las tiples, aquellas mujeres que cautivaron los escenarios mexicanos de las primeras décadas del siglo XX y que con su sensualidad y sexualidad arrobadoras se convirtieron en el sueño inalcanzable para los varones de su época, sin importar clase ni condición social.
El Auditorio Nacional rescata ahora muchas de esas legendarias y míticas divas del espectáculo mediante la exposición fotográfica Escenas pudor y liviandad. Tiples en la colección de Carlos Monsiváis, que fue inaugurada la noche del viernes en la galería que se encuentra en el vestíbulo de dicho inmueble.
Se trata de una selección de 44 imágenes del acervo del Museo del Estanquillo, en el cual se resguardan las colecciones del fallecido escritor y periodista Carlos Monsiváis, entre ellas las fotografías y tarjetas con las que se integró la muestra, además de grabados, pintura, escultura, miniatura, partituras y documentos históricos.
Los retratos de las artistas son en su mayoría en blanco y negro, aunque hay algunos con cierto viraje al sepia y otros coloreados a mano. Todas las piezas son ampliaciones de gran formato en trovicel.
Entre las grandes figuras de la época que se exhiben, se encuentran María Conesa, Lupe Vélez, Esperanza Iris, Virginia Fábregas, María Tereza Montoya, Delia Magaña, Mimí Derba, Lupe Rivas Cacho y Amparo Garrido.
Todas ellas fueron fotografiadas en atmósferas que las hacen inasibles, etéreas, enigmáticas, en medio de un halo entre mítico y legendario, sea con sus ampulosas y exuberantes vestimentas, elegantes y vistosos collares y pomposas estolas de plumas; sea ataviadas de mariachi o en pleno espectáculo; sea con rostros y poses inocentes y al mismo tiempo pícaros y seductores; sea incluso con escasas ropas, lo cual era provocador y escandaloso en aquel entonces.
Reconocidos autores
Algunas de las imágenes fueron realizadas por reconocidos maestros de la lente, como Alex Phillips, Francisco Lavillete y Víctor Herrera; otras se atribuyen a colectivos y estudios como la Compañía Industrial Fotográfica o Bixio & Castiglioni, y las hay también de autores anónimos.
Por estas tarjetas sabemos que el alma de nuestros antepasados no era completamente sepia, sino que estaba coloreada de tonos pasteles. Que era alegre y un poco ingenua
, escribe en la presentación de la muestra Gerardo Estrada, titular del Auditorio Nacional, quien al lado del director del Museo del Estanquillo, Henoc de Santiago, fue el encargado de inaugurar la exposición, además de Beatriz Monsiváis
“Al observarlas (las imágenes), sabemos un poquito más de Emiliano Zapata, de Victoriano Huerta, del general Obregón y de sus adictos, que, sin importar facción política, iban al teatro y hablaban este lenguaje del amor: ‘De las flores de mi jardín,/ llena de tristeza y de dolor,/ guardo yo para ti un jazmín…’”.
De acuerdo con Estrada, esta serie de imágenes representa, ante todo, un retrato de época, al mismo tiempo que da testimonio de un interés poco conocido de Carlos Monsiváis por coleccionar material de esta naturaleza, fotos de mujeres que a principios de siglo eran escandalosas y sexys.
Por su parte, De Santiago recordó que ésta no es la primera colaboración entre el Museo del Estanquillo y el Auditorio Nacional, pues hace tres años se exhibió en ese mismo espacio una serie fotográfica sobre boleristas, de Armando Herrera.
Escenas de pudor y liviandad –título retomado de uno de los libros de Monsiváis, del que se extrajeron asimismo fragmentos que acompañan la muestra– se mantendrá en el recinto de Paseo de la Reforma 50, Bosque de Chapultepec, hasta el 20 de octubre.
