Zamora, Mich., 26 de julio.

La casa hogar La Gran Familia vive sus últimos días; el próximo miércoles serán llevados a Morelia los 144 niños que no han sido reclamados y 21 adultos, la mayoría discapacitados, que permanecen en el albergue. Se pondrán los sellos de clausurado y se cerrará definitivamente, comentó uno de los responsables de la Procuraduría General de la República (PGR) que participaron en el operativo iniciado a mediados de mes en el que encontraron a más de 500 moradores privados de su libertad.

Con el paso de los días, el lugar se ha ido vaciando. Se ha marchado incluso el personal de las dependencias federales que abarrotó el sitio los días posteriores al operativo policiaco; hasta los eviados del DIF nacional y del estado. Queda uno que otro funcionario. Ante ello, el personal de la PGR apresura la entrega y revisión de los documentos de los familiares que buscan a los niños.

Terapeutas y trabajadores sociales ya no se presentaron a trabajar este sábado. Todo parece indicar que como ya se está enfriando el asunto, los funcionarios no quieren compromisos y responsabilidades en torno a los menores, comentó un empleado federal que lleva 11 días trabajando en el lugar.

Agilizan trámites

El viernes fueron entregados a los padres 50 niños y jóvenes, y éste sábado se agilizan los trámites para que salgan otros 30. Se estima que el próximo miércoles unos 120 niños serán trasladados al inmueble del Centro Michoacano de Salud Mental, edificio que se encuentra en desuso, y los 21 adultos, entre ellos 15 discapacitados, serán llevados a un refugio temporal.

La segunda planta de los dormitorios del asilo que dirigió Rosa Verduzo, conocida como Mamá Rosa, está desalojada. Sólo hay moradores en el tercer piso y la planta baja. El sitio se ve vacío. Al igual que en el pasado, muchos niños empiezan a sentirse solos, a merced de la ley del más fuerte.

Los más grandes platican que por aquí pasaron personajes de todo tipo, incluidos los ex presidentes Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas. El padre de Marta Sahagún recibía el trato de abuelo, y la sala de música lleva su nombre, Alberto Sahagún, porque era uno de los benefactores de La Gran Familia.

Según los niños, los invitados nunca pasaban al segundo patio, donde estaban los dormitorios, el cuarto de castigo, el hacinamiento, los abusos y la privación de la libertad.

Cada enero, “cuando Mamá Rosa llevaba a cabo la colecta, iba a bordo de una camioneta con perifoneo, y se estacionaba frente a los edificios públicos y comercios de la localidad, y aquel que no colaboraba o daba poco dinero, era exhibido. Rosa Verduzco hacía que los niños que la acompañaban gritaran: fulano de tal es tacaño, sólo dio 20 pesos y eso que va para diputado. La gente le tenía miedo”, recuerda un reportero local.