l primer asomo de movilización masiva de la izquierda electoral en contra del tramo final de la reforma energética se registrará hoy, a un costado del Palacio Legislativo de San Lázaro. A pesar de las graves implicaciones que cada vez van quedando más de manifiesto, conforme se van precisando los objetivos reales de varias de las leyes secundarias sobre la materia, hasta ahora no se ha producido más que una crítica puntual y enérgica en ciertos sectores bien informados y muy politizados de la sociedad mexicana, pero sin expresiones públicas multitudinarias, mucho menos protestas proporcionalmente tan agresivas como el nuevo cuerpo legal que hoy entrará en su proceso final de confección legislativa.

El salto al foro público estará hoy a cargo del Partido de la Revolución Democrática, que en su saldo de temporada tiene la carga de haber sido copartícipe del reformismo peñista en lo general, mediante su polémica participación en el Pacto por México, aunque luego ha hecho esfuerzos (poco convincentes, escenográficos, a juicio de varios, entre ellos el autor de las presentes astilladuras) por desmarcarse de la fase específica del rubro energético. Con un espíritu de lucha dotado de poca credibilidad, bajo el estigma de convertir la presunta oposición en moneda para negociaciones políticas, el sol azteca es, sin embargo, hoy, la única fuerza (de esa izquierda institucional, partícipe del sistema electoral) que se ha decidido a salir a la calle.

La ausencia combativa de esa izquierda parece impensable en un momento en el que se va cerrando el proceso de cesión de la riqueza nacional a consorcios extranjeros que están ansiosos por comenzar a tomar posesión de sus nuevas comarcas, con la inquietud generalizada en el campo mexicano ante las ‘‘ocupaciones temporales’’ por venir, con la intención gubernamental de convertir los pasivos laborales de Pemex y la CFE en deuda pública y con el riesgo de un problema grave en los estados del país a los que se pretende reducir las partidas presupuestales provenientes del rubro petrolero.

Tal vez este arranque del PRD impulse al Partido del Trabajo, al Movimiento Ciudadano, a Morena y a otras organizaciones sociales y sindicales a realizar actos políticos masivos que corran a la par del grave momento que se vive. La tozuda consigna famosa de Vicente Fox en su etapa de candidato presidencial, el ‘‘Hoy, hoy, hoy’’, debería ser entendida y aplicada por esa izquierda electoral que ha dejado un vacío político muy dañino para el interés nacional, al demostrar que la oposición a las reformas peñistas, en especial a la energética, se queda en declaraciones, tuiteos y otras expresiones simbólicas. La coartada electorera de la consulta popular para 2015 que impulsan (por separado) el PRD y Morena acabará aplastada ante la fuerza de los hechos consumados que en estos días están por aprobarse en las cámaras.

Respecto a esas esperanzas consultoras, el PAN ha anunciado que buscará agregar a las boletas electorales de 2015 su propia carta. Ayer anunció Gustavo Madero en Twitter que hoy se dará a conocer en conferencia de prensa la convocatoria de Acción Nacional a una consulta popular ‘‘para la Justicia y la Inclusión Social’’. El dirigente del partido conservador da por ‘‘concluida la etapa reformadora’’, según eso con ‘‘ADN panista’’, y asumiendo que se entra a una nueva etapa dice que en los próximos 45 días se buscarán en ‘‘plazas y colonias’’ un millón 750 mil firmas en apoyo a esa ‘‘cruzada por la justicia y la economía de mercado con responsabilidad social’’. Si otros partidos, incluso el PRI, deciden iniciar sus propias campañas en busca de firmas para promover otras consultas (lo que constituiría el ejercicio legítimo de un derecho por parte de cualquier organización partidista), de pronto habría una desgastante demanda de firmas ciudadanas y una profusión de campañas propagandísticas, con el agregado desestimulante de que a la hora de las urnas, en 2015, la consulta sobre lo energético sería una de varias a disposición del votante.

Desde la plataforma marina Akal Nova escribe un lector: ‘‘Resulta que ahora Peña Nieto pasa a perjudicar al petrolero con un nuevo contrato colectivo, y lo hace porque no sabe de qué manera devengamos nuestro salario. Ya quisiera yo verlo aquí en plataforma rodeado de oleoductos y gasoductos de alta presión, recibiendo la lluvia ácida de los mechones, inhalando gases tóxicos, en cautiverio 15 días del mes y lejos de su familia, realizando jornadas nocturnas de 12 horas’’.

Comenta un lector de apellido Pérez (el resto de sus datos no se mencionarán), luego de haber leído aquí sobre las andanzas del secretario de Gobernación para dar la ‘‘bienvenida’’ a paisanos ‘‘repatriados’’, que ‘‘primero muerto que aceptar los ofrecimientos del señor Osorio Chong’’. Él trabajó en Canadá y actualmente está en Estados Unidos, en exilio económico a causa del ‘‘error de diciembre’’ de 1994. Uno a uno desmenuzó Pérez los entusiastas rubros que según el ex gobernador hidalguense aporta la administración Peña Nieto para que los mexicanos se sientan atraídos de regreso a su patria. Sólo se reproduce aquí uno de los párrafos del mencionado lector: ‘‘Francamente tengo miedo de que regresar a México signifique la posibilidad de que mi hija no crezca, dada la inseguridad. En Estados Unidos y Canadá no faltan los locos que cargan armas en escuelas, iglesias, oficinas y centros comerciales, pero en estos dos países los gobiernos se toman en serio su responsabilidad e investigan ese tipo de crímenes. Se podrá uno convertir en cifra o estadística en estos lugares, pero en México ni siquiera goza uno el derecho de ser una cifra. Es uno parte del montón de cadáveres de los que no se hace inventario. Además, me rehúso a llevar a mi hija a un país que se rige por las máximas de ‘a mí no me den, pónganme donde hay’ o ‘el que tiene más saliva es el que traga más pinole’ o el clásico ‘el que no transa no avanza’’’.

Y, mientras la SEP ha pospuesto una semana la entrega de resultados sobre evaluaciones para obtener plazas educativas, ¡hasta mañana!

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