Ahora las fuentes lo piensan antes de hablar
: ACLU y HRW
Piden al gobierno ser más franco sobre los datos telefónicos que recopila
Martes 29 de julio de 2014, p. 23
Washington, 28 de julio.
El espionaje a gran escala realizado por los servicios de inteligencia estadunidenses comienza a tener impacto sobre la democracia y la libertad de prensa, en virtud de que las revelaciones acerca de cómo las autoridades pueden rastrear personas por medio de teléfonos, correos y otros registros electrónicos dificultan a los periodistas reportar sobre lo que hacen los gobiernos, aseguraron hoy la Unión Estadunidense por los Derechos Civiles (ACLU) y Human Rights Watch (HRW).
El acceso a los datos detallados en las revelaciones de Edward Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), junto con los juicios del gobierno a las personas que revelan información secreta, tienen un efecto rotundo sobre los periodistas, indicaron ambas organizaciones defensoras de los derechos humanos en un informe divulgado hoy.
Los dos grupos instaron al gobierno a ser más franco sobre los datos y metadatos telefónicos que recolecta, y a revelar cómo usa esa información, así como a aumentar las protecciones para los periodistas y para los que hagan dichas revelaciones.
Para el informe fueron entrevistadas 92 personas, incluidos 46 periodistas, 42 abogados y algunos funcionarios y ex funcionarios de seguridad nacional.
Concordaron en que las revelaciones de Snowden sobre la amplitud del espionaje, llevaron a las fuentes habituales de los periodistas a pensarlo dos veces antes de hablar con la prensa, incluso en relación con temas no confidenciales, por temor a perder su acreditación para acceder a secretos de defensa, o ser objeto de una demanda penal por filtraciones.
El mismo acceso del gobierno a la información erosiona la capacidad de los abogados para defender la confidencialidad de sus contactos con acusados en casos penales, concluye el informe.
Aunque los periodistas no son procesados por cumplir con su tarea, las novedades sobre el alcance y el tipo de información disponible al gobierno han obligado a muchos periodistas a cambiar el modo de trabajar, dijo Alex Sinha, autor del informe. Varios dicen que menos fuentes están dispuestas a hablar con ellos por temor a las consecuencias.
Estados Unidos se dice un modelo de libertad y democracia, pero sus propios programas de vigilancia están amenzando los valores que dice representar
, indicó Sinha en un comunicado.
Muchos programas estadunidenses de vigilancia van mucho más allá de lo necesario para controlar la seguridad nacional, se señala en el informe, en el que se insta al presidente Barack Obama y al Congreso a reformar las políticas de vigilancia de Estados Unidos, así como reducir la confidencialidad y brindar mayor protección a quienes denuncian prácticas ilegales o corrupción.
Ya hubo ocho demandas penales contra fuentes (en la administración Obama), contra tres previamente, y eso no ha pasado inadvertido para nosotros ni para nuestras fuentes
, explicó Charlie Savage, reportero del New York Times y ganador del Pulitzer.
Las cosas han empeorado luego de que Snowden filtró los documentos. Los que sospechaban de las técnicas de espionaje masivo del gobierno se vieron reivindicados
, comentó Peter Maas, periodista que cubre las revelaciones sobre la NSA.
La Cámara de Representantes aprobó una ley en mayo para poner fin a la recolección de datos telefónicos de la NSA. El proyecto está a consideración del Senado.
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