La disputa electoral por el Distrito Federal será entre dos fuerzas políticas: Morena y PRD, que enarbolarán dos proyectos de izquierda totalmente distintos, ya que ni el PAN ni el PRI tienen la estructura ni la militancia suficientes para ganar la mayoría de los cargos que estarán en juego en 2015.

Así lo aseguró Eduardo Cervantes, presidente capitalino del recién autorizado Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y consideró que 60 por ciento de los capitalinos optará el próximo año por un proyecto de izquierda, ya sea el que enarbolan ellos, que es democrático, de honestidad y compromiso social, o el que tiene claras desviaciones y extravíos y está en decadencia terminal, que es el del sol azteca.

En entrevista con este diario dijo estar convencido de que el principal contendiente de Morena-DF para los comicios locales de 2015 es el PRD, porque hay un voto inercial en favor de ese instituto político, el cual se ha expresado a lo largo de los 17 años que tiene de gobernar esta capital.

Sin embargo, consideró que el PRD se ha alineado al proyecto dominante, al proyecto conservador de la derecha (...) se convirtieron a la religión del pragmatismo puro y no representa eso una alternativa de cambio para la ciudad o el país. Remató: Les ganó el dinero y las mielecitas del poder, y por eso vemos una decadencia terminal en el PRD.

Para Morena –comentó Cervantes– será clave que los capitalinos adviertan que su proyecto es totalmente distinto, que está sustentado en la ética y la autoridad moral de ese partido.

Agregó que uno de los principales retos que tendrán es construir una identidad propia, a lo cual ayuda la figura de Andrés Manuel López Obrador, pero no podemos depender del apoyo social y del reconocimiento que él tiene en esta ciudad (...) porque el proyecto que defendemos y del cual somos continuidad es un proyecto histórico muy anterior a López Obrador; el proyecto sustituye al dirigente, por importante que sea, y eso así debe ser.

En esa lógica, dijo que deberán terminar en Morena-DF con cualquier viso de desvío de su proyecto político, pues hay cierta proclividad a reproducir conductas perredistas como el clientelismo y el corporativismo, que se expresó en su proceso interno de designación de líderes delegacionales el año pasado, cuando se observaron acciones como acarreo, manipulación de la gente, ausencia de formación política y prácticas que tienden más a generar clientelas que una base convencida, participativa.

Situaciones que, dijo, se vieron, en mayor o menor medida, en la mitad de las delegaciones, como en Azcapotzalco, Coyoacán y Álvaro Obregón.

Para concluir, remarcó que de no acabar con esas lacras se correría el riesgo de ser una réplica del PRD.