La tercera parte de las mujeres que se dedican a actividades agrícolas en México no perciben ingreso alguno, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Se trata de un millón 120 mil campesinas que representan 32 por ciento de de la población económica activa (PEA) rural del país, mientras el promedio regional es de 40 por ciento y en naciones centroamericanas oscila de 41 a 73 por ciento.

El organismo advierte que esas cifras se elevan si se considera que más de la mitad de las mujeres rurales mayores de 15 años se registran como población económicamente inactiva aun cuando trabajan en actividades de autoconsumo, incluso en edad avanzada, y más si se trata de indígenas.

Ello confirma que las mujeres que trabajan en la agricultura de forma no remunerada constituyen el universo más numeroso, pero menos conocido de las mujeres agrícolas. Su aporte a los datos oficiales de la economía rural es invisible, puntualiza la FAO.

Las cifras, agrega, subestiman la realidad porque un número importante de mujeres se autoclasifican como inactivas (es decir que no trabajan ni buscan trabajo) cuando de hecho participan en la propiedad agrícola de la familia. Así, en 12 países de la región analizados por la FAO, un promedio de 54 por ciento de las mujeres mayores de 15 años se declaran inactivas y en 7 naciones la tasa supera 60 por ciento.

De las campesinas mexicanas que se declaran inactivas, 50.5 por ciento desarrollan trabajos de autoconsumo. En contraste, la tasa de inactividad masculina sólo es de 16 por ciento y únicamente 11 por ciento de los hombres que trabajan en actividades rurales no perciben ingreso alguno, es decir, apenas la tercera parte respecto al grupo de mujeres campesinas mexicanas en la misma condición.

Las campesinas no remuneradas en México duplican el número de mujeres que son consideradas jefas de las unidades agrícolas familiares, pues suman 640 mil, según los últimos censos agrícolas analizados por la FAO. Esa cifra implicaría que las mujeres están a cargo del 14.6 por ciento de los 4.1 millones de unidades agrícolas familiares del país que se contabilizan en el país.

Las unidades familiares representan 75.5 por ciento de todas las unidades de producción agrícola que hay en México. A nivel de América Latina y el Caribe suman 16.5 millones unidades familiares pero en conjunto apenas concentran 23 por ciento de toda la superficie agrícola de la región.

En México, la unidad familiar tiene en promedio 6.83 hectáreas de tierra, menos de la tercera parte respecto a las 24.3 hectáreas que tiene el sector agropecuario con otras formas de propiedad, pero la FAO sostiene que éste es uno de los países donde más creció la fragmentación de tierras ya que entre 1991 y 2007 aumentó 7.8 por ciento el número de unidades agrícolas.