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Los puertorriqueños, con 53 años y sonido propio, actuarán en el José Cuervo Salón

El Gran Combo no sigue modas: su salsa es arroz con habichuelas

Vienen muchos grupos nuevos, buenísimos, pero no me gustan sus mezclas, afirma el tecladista Willie Sotelo

Afirma que la vigencia de la agrupación se debe al cariño de su público: Nos quieren más por personas que por músicos

Tocarán el próximo 16 de agosto

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Hace poco, El Gran Combo se presentó en Moscú, donde hicieron bailar y hasta cantar a la concurrencia con su sabrosura
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de agosto de 2014, p. 9

El Gran Combo de Puerto Rico hace salsa. “No ensaladitas light”. Cocina arroz con habichuela, algo sencillo.

Así dice el título de un disco y una pieza que editó en 2006 la agrupación isleña, una de sus más de 70 placas que ha editado a lo largo de 53 años. Es un combo de muchachos que defiende a ultranza su timbre musical ante innovaciones y experimentos complejos, salvaguardando el sonido propio, sencillo y cadencioso.

Lo cual no significa que no haya estado abierto a nuevas técnicas y tendencias armónicas actuales. Ellos, bajo la ideología de su mentor Rafael Ithier, aseguran que las estudian y disfrutan, pero las mantienen a distancia, para evitar contagiar a su sonoridad y seguir con su rúbrica.

Esto es sólo arroz con habichuelas, reitera vía telefónica a La Jornada Willie Sotelo, uno de Los Mulatos del Sabor, como sus seguidores han bautizado a esta agrupación, primera orquesta de salsa que se presentará en China, el próximo mes.

Por lo pronto, este 16 de agosto la puertorriqueña visitará México para actuar en el José Cuervo Salón, donde cocinará con salsa tradicional los éxitos reunidos en su reciente álbum 50 aniversario Vol. 1, como Ámame, Aguacero, Se nos perdió el amor, Ojitos negros, Sin salsa no hay paraíso y Brujería, entre otros.

El Gran Combo continúa haciendo arreglos sencillos, con cadencia, destacada sección rítmica y mucha clave.

El pianista Sotelo asegura: “La salsa de la mata es la tradicional, la de arreglo sencillo. Tenemos un refrán en Puerto Rico que dice: ‘eso es arroz con habichuelas’, significa que es pan comido, como dicen ustedes. La salsa tradicional es la que tiene son montuno, una frase pegajosa, fuerza en la trompeta y un mambo. Si tú le metes mucho golpe y le pones mucha conga y mucho solos, se desvirtúa”.

Es crítico con los híbridos sonoros: “Vienen muchos grupos nuevos por ahí que son buenísimos, que hacen buena salsa. Lo que no me gusta es que empiecen a hacer mezclas, como coger la salsa y meterle reggaetón u otros ritmos que no tienen que ver con la salsa de la mata. Si los grupos mantiene el género como es, con el que la gente siempre ha bailado, es lo mejor. El ejemplo es El Gran Combo haciendo el mismo estilo. Se nos han acercado reggaetoneros, baladistas… de diferentes géneros, pero pensamos que la salsa no debe mezclarse con nada. Sola es suficiente para poner a gozar a la gente”.

Como recientemente en Moscú, donde presentaron su sabrosura, con la que el público ruso hasta cantó en español y bailó. Es una bendición que nuestra música llegue a lugares que no pensamos que podría llegar. Ver ese cariño nos da fuerza para seguir viajando. La gente piensa que nos la pasamos en fiestas y bailes. Para llegar hay que sufrir a veces, reconoce Sotelo, quien incursionó desde niño en la música en su pueblo natal, Mayagüez. Profesionalmente fue parte de la Orquesta La Solución de Roberto Rivera, entre otras.

Comparte la vida cotidiana del combo: “Esta carrera es muy sacrificada. Hay que estar pendiente de los pasajes, transportación; que no nos dejen por ahí… a pie. A veces descansamos sólo en el avión. Se nos tuerce el cuello; vamos incómodos. Los vuelos son largos. Luego llegamos a montarnos en una guagua (camión), y llegamos y tenemos que tomar un baño rápido y comer cualquier cosa que se consiga, porque tenemos que tocar por la noche. Al otro día, salir para otro sitio. Es sacrificado. En ocasiones vamos a países, los cuales no podemos ni conocer, porque llegamos del aeropuerto al hotel, y luego al baile. De ahí al aeropuerto…Hay veces que sí se puede. En Rusia nos quedamos un día más”.

Este emblemático grupo ha rolado por Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza, España, Argentina, Estados Unidos, Perú, Colombia, Japón, Singapur, Corea, Australia. Hace unos dos meses estuvieron en un festival en Coatzacoalcos, Veracruz, y en Puerto Rico, en la edición 31 del Día Mundial de la Salsa, varios grupos se inclinaron con su ritmo a la también conocida como La Universidad de la Salsa.

La permanencia de una orquesta se resume en una palabra: cariño, lo que la gente nos tiene. Donde quiera que nos presentamos la gente nos echa bendiciones, nos abraza, baila, nos pide otra. Y nosotros no los dejamos con las ganas. Queremos que disfruten. A nosotros nos quieren más por personas que por músicos. Somos del pueblo. No necesitamos que nos pongan limusinas, ni camerinos o guardias de seguridad. Lo que hacemos es llegar a un lugar, retratarnos con la gente y tocar. También es una responsabilidad dar a la gente lo que quiere. Hay países que nos han adoptado, asegura el tecladista.

Los boletos para la presentación de El Gran Combo están disponibles en el 5325-9000 o en las instalaciones del Salón José Cuervo (antes Salón 21) ubicado en Lago Andrómaco 17, esquina con Molière, colonia Ampliación Granada.