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México SA

¿Tendencia positiva?

Versión oficial vs. realidad

Neme: cuenta regresiva

M

ás con buenos deseos que con elementos sólidos a la mano, las voces oficiales y oficiosas subrayan la tendencia positiva que registra la economía mexicana. Tal vez lo positivo es que en 2014 el producto interno bruto crecería un poco más que en 2013, aunque dejan a un lado que en tal periodo el avance, como le llaman, a duras penas fue de 1.06 por ciento, el peor resultado para un primer año de gobierno desde tiempos de Vicente Fox, lo que ya es decir.

Entre lo más reciente, siempre en el ánimo positivo que manifiestan, destacan el comportamiento de los indicadores cíclicos que ayer dio a conocer el Inegi, correspondientes a mayo pasado: el coincidente (que refleja el estado general de la economía) reportó un alza de 0.04 puntos, y el adelantado (que busca anticipar la trayectoria del anterior) creció 0.13 puntos.

Esa es, para ellos, muestra inequívoca de que la tendencia es positiva, aunque dejan a un lado que más allá de lo raquítico del aumento en los citadores indicadores, éstos se encuentran en niveles similares a los observados en junio de 2010 (el coincidente) y el mismo mes de 2011 (el adelantado), de tal suerte que el país avanza para atrás.

Obvio es que los indicadores y resultados que no cuadran con esa versión positiva de las cosas quedan totalmente fuera de la celebración. Así, en este contexto no permitan la entrada a la cancha al rosario de recortes que sobre la perspectiva económica mexicana, y desde el arranque mismo del año, han practicado organismos especializados nacionales e internacionales. El caso más reciente es el de la Cepal, que por segunda ocasión redujo su estimación (de 3.5 por ciento original a 3, y de allí a 2.5 por ciento).

En la feria de tijeretazos han participado, y lo seguirán haciendo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco de México, los especialistas del sector privado permanentemente consultados por el banco central, organismos de la iniciativa privada mexicana, académicos y demás participantes en estas lides.

De hecho, a principios de mes el Banco de México dio a conocer que los citados especialistas por séptima ocasión consecutiva (enero-julio) recortaron su cálculo sobre el crecimiento económico nacional y, mientras lo hacen por octava vez, lo fijaron en 2.56 por ciento. Y no pararon allí, porque hicieron lo propio para 2015, al reducir su expectativa de 4.7 a 3.85 por ciento.

En esa tendencia positiva que los oficiales y los oficiosos dicen ver, tampoco incluyen el más reciente reporte del Inegi, que La Jornada sintetizó de la siguiente manera: consumidores y empresarios mexicanos perdieron confianza en la economía del país durante el pasado julio y no son optimistas sobre una mejoría de la situación dentro de un año. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que durante el séptimo mes de 2014 el índice de confianza del consumidor (ICC) bajó 2.5 por ciento, al acumular 90.5 puntos contra 98 en julio de 2013, lo que refleja que los mexicanos consideran que su situación económica es peor ahora que hace un año. El Inegi explicó que la caída en el ICC responde al descenso en los cinco componentes que constituyen el indicador y que consisten en la opinión de los consumidores sobre la situación actual de la economía, en el cual se observó una contracción de 3.92 por ciento; la opinión sobre si mejorará en un año la economía de su hogar y del país a futuro, que tuvo una reducción de 2.74 por ciento (Miriam Posada García).

De igual forma, en el mismo mes el indicador de confianza empresarial (ICE) cayó 3.8 por ciento respecto al sector comercio, bajó 2.8 en el manufacturero y se contrajo 1.7 en la construcción. Este índice refleja la percepción que tienen los directivos de empresas de los sectores manufacturero, comercial y de la construcción sobre la situación económica del país y en sus propias empresas, opiniones que se recaban a través de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial. Los empresarios expresaron menor confianza para invertir, así como ante las actuales condiciones de la economía y su posible recuperación. Junto con la baja en la confianza de los empresarios también se produjo una disminución de 0.16 puntos en el índice de pedidos manufactureros, elemento importante para mostrar la recuperación de la actividad económica (ídem).

La economía, pues, con tendencia positiva, según los referidos voceros. Sin embargo, éstos tampoco incluyen que 19 entidades de la República (de 32 en total) registran un comportamiento económico por debajo de la media nacional (la cual apenas promedió 1.84 por ciento al cierre del primer trimestre del año), y de ellas siete reportan registros negativos.

Otro elemento no considerado en la celebración oficial y oficiosa es el relativo al desplome de la industria de la construcción, uno de los sectores económicos más importantes, especialmente por su valor agregado y gran generación de empleo, que mantiene la caída libre. En mayo de 2013 cayó 1.4 por ciento y un año después lo hizo en 2.9 por ciento.

Con todo y reforma financiera, que prometió crédito barato y a manos llenas, el financiamiento otorgado por la banca comercial se mantiene en niveles similares a los observados cuatro años atrás, aunque específicamente el destinado al sector industrial sigue a la baja.

En fin, los ejemplos citados dan cuerpo a la versión de que la economía reporta una tendencia positiva. Como se ha comentado en este espacio, en el supuesto de que la economía mexicana logre crecer 2.5 por ciento en 2014, entonces el primer bienio del gobierno que prometió mover a México registraría una tasa anual promedio de 1.8 por ciento, lo que para los ojos oficiales y oficiosos es bueno, por mucho que el país requiere como mínimo 6 por ciento anual sostenido para comenzar a salir del hoyo, y sólo para eso.

Las rebanadas del pastel

Tras el escándalo de su hija (la Lady Profeco), Humberto Benítez Treviño, el respetado maestro de EPN, declaró (9 de mayo de 2013) que por mi mente no pasó presentar mi renuncia; seis días después lo echaron de la citada dependencia. Poco más de un año después, otro respetado de Peña Nieto metió la pata hasta el fondo. Entonces, ¿cuántos días de vida pública le quedan a Benito Neme? ¿Qué vale más?: ¿mantener el jugoso negocio operado por el empresario del sexenio o a un compadre del inquilino de Los Pinos? Es de suponer que tampoco por la mente de Neme ha pasado la idea de la renuncia, pero business is business.

Twitter: @cafevega