Opinión
Ver día anteriorSábado 9 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
¿Podemos quedarnos callados?
¿C

ómo podríamos describir lo sucedido en el Congreso y en los círculos políticos y económicos que controlan el país en estos últimos días? La pregunta tiene necesariamente varias respuestas, totalmente opuestas unas a otras. Para unos parece ser un gran triunfo, explicable y entendible con sólo observar los rostros risueños de algunos congresistas, que con sus gestos dan cuenta de los logros y utilidades que habrán de recibir o han recibido ya; para otros, el sentimiento es de indignación y de cólera, al entender que se trata de una tragedia con implicaciones seguramente irreversibles, que sumirá al país en el atraso y la miseria por décadas, pero seguramente habrá muchos más, que simplemente no entiendan o ignoren lo que ha sucedido y les sea suficiente con sobrevivir cada día, o que crean entenderlo y pensar que quizás ahora sí las cosas mejoren, tal como pregonan las televisoras y diversas opiniones bien informadas.

Por último, existe un grupo de mexicanos que ven esto como una conspiración que debe ser combatida y rechazada con toda la energía posible, para impedir que los daños sean irreversibles. No tengo duda de que entre ellos están Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett, Ricardo Monreal y varios líderes más, entre los miembros de algunos partidos políticos, incluido el PRI.

Ello nos lleva a pensar que la lucha apenas comienza, aunque las fuerzas contrarias parezcan totalmente desiguales, en virtud de la gran cantidad de recursos que serán puestos a disposición de quienes ven todo como un triunfo histórico, aunque a otros nos traiga a la memoria al célebre grupo aquel, que algún día fue a hacer una invitación y una oferta a un personaje radicado en Miramar. En este sentido, mi punto de vista particular es de total apoyo a la consulta popular propuesta por ambos líderes y apoyada ya por varias organizaciones civiles, así como por personajes como Miguel Concha y Pablo González Casanova, como la acción más importante para organizar a quienes rechazamos las reformas aprobadas y seguramente a un amplísimo sector de la población, para mostrar que la mayoría de los mexicanos rechazamos lo que para nosotros constituye la venta del patrimonio nacional y soberanía. Varios aspectos de este esfuerzo serán fundamentales para lograr revertir esta reforma, por lo que considero necesario plantearlos desde ahora.

En el pasado, el prestigio político y los liderazgos de Cárdenas y de López Obrador representaban una fuerza que los círculos del poder sabían que no tenían forma de enfrentar. Su estrategia se orientó entonces a dividirlos e incluso a enfrentarlos. Ello y las maniobras electorales puestas en operación por Fox y Salinas lograron sacarlos del atolladero y retener el poder haiga sido como haiga sido. Hoy no es el caso. Los liderazgos de estas dos figuras no cuentan con el mismo grado de apoyo, ni con la fuerza que tenían hace ocho años, y poco podrá lograrse si ellos no conforman un frente común estrechamente unido y sin fisuras de ningún tipo.

Otro aspecto de primera importancia es el hecho de que quienes detentan hoy el poder harán todo lo que sea necesario para imponer el nuevo modelo privatizador y depredador recién aprobado, incluidos el engaño y la desinformación. Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controla el futuro, afirmaba George Orwell en su obra profética 1984. Adicionalmente, hay un factor que ha sido recurrente desde las elecciones fraudulentas de 1988 y se ha repetido en forma casi constante en los diferentes enfrentamientos que hemos vivido los pasados 24 años entre fuerzas progresistas y las vinculadas al capitalismo y a la conservación de los privilegios. Me refiero a la ausencia de estrategias entre las primeras, acordes al tamaño de los retos que enfrentaban, lo que nos ha llevado a actuar con ingenuidad en la mayor parte de los casos.

¿Cómo asegurar que la consulta pueda llegar a ser de carácter vinculatorio, conociendo la capacidad del PRI, ahora fuertemente asociado con el PAN, para utilizar recovecos legales que anulen tal posibilidad o la hagan dormir indefinidamente? ¿Cómo confiar en el flamante Instituto Nacional Electoral y en el tribunal electoral, luego de lo sucedido en la ultima elección, donde sus antecesores pasaron por alto la totalidad de las irregularidades cometidas y documentadas por quienes hoy son gobierno, para eliminar cualquier posibilidad o riesgo para ellos? ¿Qué acciones adicionales se deberán tomar en los diferentes escenarios que puedan resultar luego de la consulta?

No creo que sea pertinente que lo que piensen hacer lo hagan del conocimiento público. Ello sería, desde luego, infantil, pero dada la gravedad de los hechos y de las posibles consecuencias, será necesario hacer saber al mundo que no aceptamos la venta de nuestro país, de sus recursos y de su soberanía a ningún precio. En párrafos anteriores hice referencia al recuerdo de aquel grupo de conservadores ofreciéndole la corona mexicana al muy distinguido Maximiliano.

Hacer esa analogía ha sido un despropósito de mi parte por una simple razón: aquel hombre, aun con sus sueños de tener un trono, resulta ser equiparable a Blancanieves, en comparación con quienes hoy se imaginan ya dueños de México. Esto es lo que los ilustres caballeros del Congreso pretenden ignorar, no obstante las historias recientes de empresas envueltas en escándalos mundiales y de los altos niveles de explotación a que esas empresas terminan sometiendo pronto a países enteros, especialmente cuando son víctimas de la de corrupción, como es nuestro caso. En artículos recientes he mencionado, seguramente con poca vehemencia, lo sucedido con el petróleo de Irán y con Irán mismo a partir de 1953, una vez que el sha Reza Pahlevi permitió al grupo de empresas liderado por Rockefeller y Foster Dulles explotarlo a cambio de un futuro de esplendor que nunca llegó. ¿Tendrá México que esperar 24 años, como Irán, para que alguien como el ayatola venga a liberarnos, o podremos hacerlo nosotros desde ahora? La consulta está en marcha, pero seguramente no será con ella con lo que terminen los problemas que ahora estaremos enfrentando.

Twitter: @ecalderonalzat1

Facebook: Reflexiones en la Educación por Enrique Calderón