El estadio Olímpico Universitario retumbó de frustración. La tercera derrota consecutiva en cuatro fechas que lleva el torneo, esta vez 0-1 ante Atlas, subió los decibeles al enojo y el grito de ¡fuera Trejo! –que ha alcanzado niveles de máxima tendencia en las redes sociales– se hizo aún más intenso en las gradas de Ciudad Universitaria.

El rechazo al director técnico José Luis Trejo ya se percibía incluso antes de que iniciara el partido. Las dos caídas previas predisponían a una afición que ayer cambió los coros de animación por gritos enfurecidos que exigían la renuncia del entrenador.

Pumas no tuvo nada este domingo. Ni idea de qué hacer ante un rival bien plantado y concentrado al contragolpe. Atlas sólo necesitó de un gol, sin mucho lustre técnico, que llegó de los botines de Alfonso González cuando el partido estaba muy avanzado, al minuto 56, y ante las narices de los defensas que comprendieron tarde una jugada inofensiva que dejaron crecer inexplicablemente.

Un encuentro confuso y sin mucha acción, en el que cada tanto aparecía el atlista Maikon Leite por el costado derecho para dejar al descubierto las carencias del cuadro universitario.

Había transcurrido un cuarto de hora y la incapacidad para mostrar un poco de potencial ofensivo de los universitarios obligó al defensa Darío Verón a incorporarse al ataque. Ya en el área rojinegra, el paraguayo disparó cruzado, pero la pelota se fue rozando el travesaño. Hasta ese momento la jugada más clara de gol venía de un hombre cuya responsabilidad es impedirlos.

Si el rojinegro Leite brillaba por el costado derecho ante la complacencia auriazul, Verón crecía en dimensiones por sus barridas impecables y sus desesperados arribos al frente. En la delantera de Pumas no había quién resolviera las pocas llegadas de los atacantes.

Javier Cortés, en su versión más desdibujada, parecía el resumen de todo el equipo, mientras Matías Britos se esforzaba por hacer algo por la causa, pero sin tino ni fortuna. A la media hora tuvo una pelota que llevaba su nombre, cabeceó frente al arco y el balón dio en las manos del portero Federico Vilar. Minutos después, Daniel Ludueña la tuvo en los pies, pero resolvió con una volea floja y sin dirección.

Luego de perder en la cancha de CU, el técnico auriazul José Luis Trejo se retiró entre gritos de los aficionados, quienes arrojaron vasos a su pasoFoto Jam Media

A punto de irse al descanso, otra vez Leite metió en aprietos a los auriazules, por el carril de siempre. Con insolencia entró una vez más al área rival, venció al portero Palacios y disparó al arco, pero la pierna asombrosa de Verón impidió el que iba ser el primero del marcador.

En el segundo episodio, Atlas apretó más al conjunto local y, a los 56 minutos, Alfonso González aprovechó un descuido de la zaga: se coló entre dos hombres y sin marca alguna la desplazó a un costado del portero para marcar el único tanto del partido.

Apenas como un recuerdo de la dignidad del equipo, casi al final de juego, Verón hizo una intervención que puso de pie a los aficionados: el paraguayo quitó el balón a Enrique Esqueda cuando estaba listo para fusilar. Y eso fue todo.

La afición salió enfurecida al grito de ¡fuera Trejo!, mientras volaban vasos hacia el área técnica de Pumas. Sin embargo, el que renunció unos minutos después fue el vicepresidente deportivo Mario Trejo. Una de las razones que expuso es que no quiere renovar contrato con el equipo, pero también confesó que existe un clima negativo en el club.

Siempre he visto negatividad afuera y es normal cuando no ganas, es entendible, lo malo es cuando ya llega adentro, dijo el directivo, y agregó que con un clima de desconfianza no se puede trabajar, por lo que aseguró que cualquiera que sea el resultado del jueves ante León no cambiará de opinión.

Mientras tanto, el otro grito de ¡fuera Trejo! aún retumba. Ya no en las gradas, sino en incontables mensajes de las redes sociales.