También tenía cortes en la muñeca, reforzando la tesis del suicidio, señaló la policía
El actor luchó contra brotes periódicos de depresión y abuso de drogas y alcohol
Se mantuvo sobrio por 20 años, pero finalmente tuvo una recaída que lo llevó varias veces a la rehabilitación
Miércoles 13 de agosto de 2014, p. 8
Nueva York, 12 de agosto.
El actor estadunidense Robin Williams colgaba con un cinturón alrededor del cuello
y tenía cortes en la muñeca izquierda cuando fue hallado en su casa en California, en unas circunstancias que reforzaron este martes la tesis del suicidio.
El intérprete de 63 años fue encontrado sentado, inerte, con un cinturón alrededor del cuello y el otro extremo de la correa sujeta entre la puerta del armario y el marco de la puerta
, explicó a la prensa el teniente Keith Boyd del condado de Marin, cerca de San Francisco (California, oeste).
La hipótesis preliminar principal ahora mismo es que se trata de un suicidio (...) La causa de la muerte es asfixia por ahorcamiento
, dijo el policía, quien no quiso señalar si el actor dejó una nota.
Boyd destacó que la investigación sigue en curso y que la policía todavía debe tomar declaración a personas del entorno del artista, quien sufría una fuerte depresión y había buscado ayuda
para superarla en los últimos tiempos.
Las autoridades esperan recibir en un máximo de seis semanas las pruebas toxicológicas que los forenses realizaron al cuerpo del actor, aunque el teniente Boyd no mencionó si había drogas en la casa.
La adicción lo tentaba cuando estaba débil
La adicción parecía acechar a Robin Williams, tentándolo cuando estaba débil y provocándolo cuando menos lo anticipaba.
Me espera
, dijo el actor a Good Morning America en 2006. “Se sienta a esperar el momento en que uno piensa ‘ya estoy bien, estoy bien’. Entonces lo próximo que uno sabe es que no está bien. Y uno se da cuenta, ‘¿dónde estoy? No me percaté de que estaba en Cleveland”’.
Williams, el torbellino de la comedia conocido por sus hilarantes y dispersos monólogos introspectivos, fue hallado muerto el lunes a los 63 años. Se presume que se ahorcó en su casa de la bahía de San Francisco, y silenció finalmente a los demonios que lo acosaron incansablemente.
En la pantalla interpretó desde un genio hasta un siquiatra. En la vida real luchó contra brotes periódicos de depresión y abuso de drogas y alcohol, y habló con franqueza a periodistas de los problemas que alimentaron sus monólogos de comedia.
“La cocaína para mí era un lugar donde esconderme. La mayoría de la gente se pone hiperactiva con la coca. A mí me desaceleraba”, dijo a la revista People en 1988.
Uno de sus primeros llamados de atención fue en 1982, cuando el comediante John Belushi murió de una sobredosis de drogas. Williams estuvo de fiesta brevemente con el astro de Saturday Night Live la noche de su deceso. La partida de su amigo, aunada a su paternidad inminente, obligaron al comediante a dejar la cocaína y el alcohol de golpe.
La tragedia de Belushi fue aterradora
, dijo Williams a People. Su muerte asustó a todo un grupo de gente en el mundo del espectáculo; ocasionó gran éxodo de las drogas. Y para mí estaba el bebé en camino: sabía que no podía ser padre y llevar ese tipo de vida
.
La sobriedad le duró 20 años. Entonces las provocaciones fueron de nuevo abrumadoras.
El actor ganador de un Oscar pasó varias semanas en la ciudad canadiense de Winnipeg la primavera de 2004 filmando The Big White (Golpe de suerte), en la que interpretó a un agente de viajes de Alaska al borde de la quiebra. Le dijo al diario The Guardian en 2010 que se sintió solo y agobiado.
“Estaba en un pequeño pueblo que no es el borde del mundo, pero lo puedes ver desde ahí, y entonces pensé: beber. Simplemente pensé: ‘Eh, quizás beber ayude’. Porque me sentía solo y con miedo”, dijo al periódico. “Y uno piensa: ‘Ay, esto va a aliviar el temor’. Y no lo alivia”.
En 2013, Williams declaró a la revista Parade que su recaída después de dos décadas de sobriedad fue aterradoramente simple. “Un día entré a una tienda y vi una botellita de Jack Daniel’s. Y esa voz –que yo llamo el ‘poder menor’– me dijo: ‘Eh. Sólo una probada. Sólo una’. Tomé, y tuve ese momento breve de ‘Ay, ¡estoy bien!’ Pero escaló tan rápidamente. En cuestión de una semana estaba comprando tantas botellas que sonaba como un móvil caminando por la calle”.
Una intervención de la familia –no fue una intervención, sino más bien un ultimátum
, dijo a Parade– lo convenció de buscar ayuda por abuso de alcohol en el centro Hazelden Springbrook en Oregon en 2006.
Más tarde le dijo al New York Times que no había confrontado los asuntos subyacentes en la raíz de su adicción. “Todavía escuchaba, en el fondo, esa voz que me decía, ‘psst”’, dijo a la publicación. Así que cuando recaí, recaí durísimo. Lo único con lo que no había lidiado era qué tan honesto quería vivir
.
El actor continuó su recuperación asistiendo a reuniones semanales de Alcohólicos Anónimos, pero su segundo matrimonio, con la productora de cine Marsha Garces, terminó en 2008 en gran medida por su problema con el alcohol, aun cuando para entonces estaba sobrio.
“Sabes, yo era vergonzoso, y uno hace cosas que causan disgusto y es difícil recuperarse de eso. Uno puede decir ‘te perdono’ y todo, pero no es lo mismo recuperarse de eso”.
Recientemente, un nuevo brote de depresión llevó al actor a rehabilitación. Su publicista, Mara Buxbaum, dijo entonces que Williams había tomado la decisión porque necesitaba recargarse tras haber trabajado 18 meses consecutivos.
El lunes, su lucha finalmente terminó.
En medio de una ráfaga de mensajes en las redes sociales tras el deceso de Williams había uno sencillo de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, que para el martes por la tarde tenía más de 290 mil retuits. Era una imagen del enorme genio azul de Aladdin, cuya voz hizo Williams de un modo memorable en 1992, recibiendo un abrazo de Aladino. Genio, eres libre
, decía.
El cine está de luto
El presidente estadunidense, Barack Obama, afirmó en un comunicado que Williams fue piloto, genio, presidente, profesor, un extraordinario Peter Pan y todo lo que uno pueda imaginar. No hubo otro como él
.
También el secretario de Defensa, Chuck Hagel, rindió tributo al actor que desde 2002 entretuvo a 90 mil oficiales en 13 países, entre ellos Afganistán e Irak. Entretuvo a miles de hombres y mujeres en servicio en zonas de guerra y ayudó filantrópicamente a veteranos que lidiaban con heridas ocultas. Era defensor leal y compasivo de todos los que servían a nuestra nación
, dijo Hagel en un comunicado.
El mundo del cine estaba conmocionado por la inesperada muerte del actor: cientos de compañeros de profesión, como el director de cine Steven Spielberg o los actores Billy Cristal, Goldie Hawn, Danny DeVito, Jon Cryer, Mia Farrow o Kevin Spacey manifestaron su admiración por un hombre que demostró un don especial para hacer reír al público.
Su hija Zelda Williams dedicó a su padre un fragmento de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que se volvió viral: Cuando por las noches mires al cielo, al pensar que en una de esas estrellas yo estoy riendo, será para ti como si todas las estrellas rieran. ¡Sólo tú tendrás estrellas que saben reír!
La viuda del intérprete, por su parte, pidió que su esposo sea recordado por los incontables momentos de alegría y risas que regaló a millones de personas
.