Refuerzan controles de ingreso en países de América Latina
Miércoles 13 de agosto de 2014, p. 3
Lima, 12 de agosto.
A pesar de que casi no tienen vuelos directos a África ni ningún contagiado con el virus del ébola, varios países de América del Sur comenzaron a adoptar medidas para detectar el arribo de la epidemia e incrementaron las actividades de control en aeropuertos, puertos y lugares terrestres; además activaron alertas en los laboratorios para localizar la enfermedad.
En Lima, el gobierno peruano presentó ayer un laboratorio de bioseguridad que diagnosticará en 24 horas a personas con síntomas de la enfermedad, señaló el biólogo Ernesto Bustamante, jefe del Instituto Nacional de Salud.
El laboratorio cuenta con tecnología que impide que el virus se propague al realizar los exámenes, pues tiene un nivel de presión atmosférica negativa; es decir, si se abriesen las puertas el aire podría pasar de afuera hacia adentro, pero no de adentro hacia afuera
, agregó Bustamante.
En Bolivia, país de tránsito de ciudadanos africanos que se dirigen a Brasil y Argentina, se declaró hoy alerta sanitaria y se reforzaron los controles médicos en aeropuertos y pasos fronterizos. El ministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes, explicó que la alerta busca reforzar los anillos de seguridad
.
El jefe de epidemiología, Rodolfo Rocabado, indicó que se asignaron más médicos a las zonas de ingreso de personas del exterior para ofrecer servicios sanitarios y de vigilancia.
A su vez, Panamá activó equipos de respuesta rápida, local y regional en aeropuertos, puertos y puntos de ingreso, ante cualquier sospecha de contagio.
El Ministerio de Salud panameño dijo la víspera que verificará que se cumplan los protocolos establecidos en los puntos de entrada al país, que incluyen fijar lugares de aislamiento (cuarentena) en embarcaciones que tengan enfermos, y definir rutas críticas de manejo y traslado de viajeros con sospecha de afectación por virus del ébola a los hospitales.
Desde el jueves pasado, Argentina adoptó medidas. El Ministerio de Salud señaló que ante el eventual arribo de personas sospechosas de contagio serán trasladadas al Hospital de Alta Complejidad Néstor Carlos Kirchner, ubicado 25 kilómetros al sur de la capital, o al Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, de Buenos Aires.
Argentina tiene un registro de los barcos mercantes extranjeros que visitarán el país, y si se presentan casos de contagio serán analizados en el laboratorio nacional Carlos Malbrán. Las autoridades de la provincia de Buenos Aires, donde reside un tercio de la población, informaron que seis hospitales están preparados para recibir posibles infectados.
En Paraguay, las autoridades ordenaron que los africanos que ingresen al país sólo lo hagan por el aeropuerto capitalino de Asunción y no por puestos fronterizos con Argentina, Bolivia y Brasil.
Entre enero y junio pasado ingresaron 280 angoleños, vía Brasil, para realizar estudios de posgrado en universidades de Asunción, aunque el Ministerio de Salud informó que al momento no se ha registrado un solo caso de la enfermedad.
En Uruguay han dicho a sus soldados que están en misiones de paz en África que eviten cualquier contacto con los países afectados por la epidemia, así como una serie de medidas precautorias, como la forma de vestir y detalles sobre el contacto con cadáveres para evitar contagios.
La mayoría de los soldados está en Congo, pero hay tres en Sierra Leona, uno de los focos de la epidemia.
Ecuador puso en marcha las recomendaciones internacionales de vigilancia en establecimientos de salud, aeropuertos y otros puntos de entrada al país, así como eventuales pruebas en el laboratorio del Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación para detectar casos sospechosos.
En Venezuela, el ministro de Salud, Francisco Armada, anunció que el país emitió una alerta sanitaria y, pese a que no hay vuelos regulares a los países africanos, se acordó suspender los viajes a la región.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el viernes pasado una emergencia sanitaria mundial e instó a los países a adoptar previsiones para evitar la expansión del ébola.