Manifestantes desafían la orden; les lanzan humo y gas lacrimógeno
El procurador ordena una segunda autopsia al cuerpo del joven Brown
Lunes 18 de agosto de 2014, p. 28
Ferguson, 17 de agosto.
El gobierno del estado de Misuri extendió por segundo día consecutivo el toque de queda nocturno en esta localidad suburbana del centro de Estados Unidos sacudida por protestas, en un aparente intento por evitar nuevas manifestaciones contra la policía local, a la que los residentes atribuyen la muerte a tiros de un joven negro desarmado el pasado 9 de agosto.
Al cierre de esta edición se informó que la policía lanzó bombas de gas lacrimógeno a manifestantes que volvieron a desafiar, la noche de este domingo, el toque de queda, de acuerdo con reportes de USA Today.
Previamente se había reportado que al caer la medianoche del sábado decenas de personas desafiaron la orden de la autoridad estatal para que las calles de Ferguson quedaran vacías hasta las cinco de la mañana, por lo que agentes policiales dispararon bombas de gas lacrimógeno y de humo para dispersar a los manifestantes, la mayoría miembros de la comunidad afroestadunidense local.
En los primeros minutos del domingo, residentes de esta ciudad de 20 mil habitantes –suburbio de San Luis–, declinaron retirarse del sitio de su protesta por la muerte de Michael Brown, de 18 años, abatido por un agente policial de raza blanca, miembro de la corporación de Ferguson.
¡Sin justicia no hay toque de queda!
, gritaron los manifestantes, mientras elementos de la policía estatal de caminos se agrupaban cerca del punto de la manifestación y un uniformado informaba con altavoz en mano que el grupo estaba violando la orden de toque de queda.
¡Deben dispersarse inmediatamente! ¡El incumplimiento es motivo de arresto!
, advirtió el agente a lo lejos, pero los manifestantes se mantuvieron inmóviles y respondieron: ¡tenemos el derecho a protestar pacíficamente!
Pero ante la inmovilidad, la policía estatal, que asumió las funciones de seguridad temporalmente en Ferguson, comenzó a disparar bombas de humo y de gas lacrimógeno. Al amanecer, la situación en la localidad era de calma.
El gobernador Jay Nixon, que el sábado declaró el toque de queda en Ferguson, afirmó hoy que su gobierno busca respuestas
acerca de lo sucedido la semana pasada, pero señaló que si queremos llegar a la justicia primero tenemos que conseguir y mantener la paz
.
En el templo protestante Grace Church de Ferguson, unas mil 300 personas asistieron a una ceremonia en memoria de Brown, a la que acudieron el reverendo Al Sharpton, conocido activistas por los derechos civiles de los afroestadunidenses, y el jefe interino de la policía de la ciudad, Ron Johnson, capitán de la policía de caminos de Misuri.
Sharpton criticó a la policía de Ferguson por tratar de vincular a Brown con un robo cometido el 9 de agosto minutos antes del asesinato del joven. Es un insulto, una ofensa
, declaró en referencia al video difundido por la corporación local.
Johnson, quien creció en esta ciudad suburbana, ofreció disculpas por los hechos del 9 de agosto y aseguró que permanecerá en esta localidad tanto tiempo como haga falta para aclarar lo sucedido y devolver la calma a la población
.
Las dudas en torno a lo ocurrido llevaron al gobierno federal a iniciar una investigación paralela a la realizada por la autoridad estatal, por lo que agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) realizaron este fin de semana una pesquisa casa por casa en la zona donde ocurrió el homicidio.
El procurador Eric Holder solicitó que el servicio federal forense haga una segunda autopsia al cadáver de Brown lo más pronto posible, con el fin de satisfacer la demanda de los familiares del occiso.