Inaugurarán exposición individual del pintor en San Pedro de los Pinos
Miércoles 20 de agosto de 2014, p. 5
El artista Philip F. Bragar (Nueva York, 1925), radicado en México desde 1954, será objeto de un homenaje de la Unión de los Artistas, en la colonia San Pedro de los Pinos el jueves 21.
Ese día Tutto Bragar, exposición individual de pintura, será inaugurada a las 19:30 horas en la Calle 13, número 58, interior 3, colonia San Pedro de los Pinos.
Perteneciente al movimiento de la Ruptura, para después integrarse al Salón Independiente, Bragar “trae la manera propia de representar su situación social y política, de quien mira las diferencias como en su pictograma titulado Poema en el campo, lúdica obra que arrolla encontrados conceptos eólicos que sobre la pradera se elevan a una cordillera fantástica”, escribe Eduardo Balderas a propósito del homenaje.
Habrá música con Delirante y Don Pulpo, proyecciones con Mariano Murguía y Eduardo Lara, performance por Fernando Gallo. Participan siete espacios: Kinetik, Arte Hoy (Eloy Tarcisio), Salón des Aztecas, Jazztudio (Jazzamoart), La Jaula, Tortillería La Veracruzana y Hamburguesas el Grill Oh!
Más allá de la blancura
Alguna vez, Bragar dijo sentirse desnudo
ante el público cada vez que exhibe su obra, porque pone a la consideración de todos sus sentimientos más profundos (La Jornada, 1/08/06). La vulnerabilidad que siente al mostrar su obra no debe confundirse con desconfianza. Asegura que hace años el miedo se fue de su quehacer.
En aquella entrevista, Bragar expresó: Hace 40 años estaba pintando y no supe qué hacer. No sabía qué debía poner. Entonces me puse un ejercicio que consistió en limitar las formas a cuadros y el color a dos tonos de tierras. Luego me senté frente a la tela en blanco, que contemplé sin pensar, porque la mente nos friega, durante media hora, a cuyo término esbocé un cuadro. De inmediato algo maravilloso pasó, porque ya la tela contaba con otro elemento más allá de su blancura
.
Repitió ese ejercicio hasta que un mes después logró concluir la pieza. Hizo ocho cuadros más, todos abstractos, con el mismo método. Al término del experimento sintió que iba a estallar, porque su carácter es explosivo.
Desde entonces nunca tuve dudas de mi obra. Fue un ejercicio bien duro. Lo inventé porque estaba cansado de preguntarme qué pongo aquí, qué pongo allá. Quería desarrollar mis sentimientos. A mis alumnos les digo que debemos aprender a dirigir nuestras emociones adonde quieren ir, pero con base en una disciplina creativa. Porque si no hay disciplina, no hay creación.