Viernes 22 de agosto de 2014, p. 33
Kiev, 21 de agosto.
Intensos combates estallaron este jueves en el oriente de Ucrania, en lo que parece una ofensiva de último minuto de las tropas del gobierno para recuperar el territorio de manos de separatistas antes de la llegada de una caravana rusa de ayuda humanitaria supervisada por la Cruz Roja.
Los responsables de los camiones cargados con agua, generadores y bolsas para dormir destinados a civiles de la asediada ciudad de Lugansk comenzaron los trámites para pasar la aduana después de haber estado detenidos en la frontera durante una semana, en parte por cuestiones de seguridad, y por el temor de Ucrania de que la llegada del convoy pudiera detener el avance de sus fuerzas armadas.
Se prevé que los cerca de 200 camiones de la caravana crucen a territorio ucranio este viernes por la mañana con dirección a Lugansk, ciudad de unos 250 mil habitantes situada a 20 kilómetros de la frontera con Rusia.
Por exhorto de Moscú, el secretario general de la Organización de Naciones Uidas, Ban Ki-moon, pidió un alto el fuego durante la misión humanitaria.
La Cruz Roja ha dicho que necesitan garantías de todas las partes de que podrán pasar a salvo para llevar las provisiones y establecer puntos de distribución, así que incluso sin un alto al fuego formal, las fuerzas del gobierno ucranio podrían verse muy restringidas en sus movimientos una vez que los camiones comiencen a llegar.
Las fuerzas ucranias lograron avances significativos esta semana en territorio en poder de los rebeldes, en un conflicto que ya ha cobrado más de 2 mil vidas y obligado a más de 340 mil personas a huir de sus hogares.
En tanto, cinco efectivos y dos civiles murieron en las últimas 24 horas en zonas controladas por los rebeldes, dijeron autoridades. Ello se suma a 50 fallecidos el miércoles.
El asedio a Lugansk, donde se reporta un recrudecimiento de los combates, comenzó hace 19 días, y la ciudad carece de servicios básicos como agua potable y electricidad. Los habitantes luchan por sobrevivir, dijo el Comité Internacional de la Cruz Roja, que visitó la ciudad el miércoles.
La gente prácticamente no sale de sus hogares por miedo a quedar atrapada entre dos fuegos, y el cañoneo intermitente de zonas residenciales significa un riesgo para los civiles
, indicó el CICR en un comunicado.