Es gran negocio el turismo armamentista
Viernes 29 de agosto de 2014, p. 47
Las Vegas, 28 de agosto.
La muerte de un instructor de tiro a manos de una niña de nueve años que disparaba una subametralladora Uzi pone de manifiesto la cara trágica de lo que se ha convertido en una práctica comercial popular en Estados Unidos: el turismo armamentista.
Mientras las leyes mantienen las armas poderosas fuera del alcance de la mayoría de la gente, los polígonos de tiro con armas poderosas en locales cerrados se han convertido en una atracción popular.
Turistas japoneses atestan los locales de Waikiki, Hawai, y la decena que se han abierto en Las Vegas ofrecen despedidas de solteros y bodas con profusión de balas, en las que los novios pueden disparar ametralladoras y posar con Uzis y cintos con cartucheras de balas.
La gente quiere experimentar situaciones que no puede vivr en otro sitio
, explicó Genghis Cohen, propietario de Machine Guns Vegas. No hay una película de acción en los últimos 30 años sin una ametralladora
.
La muerte accidental de un instructor de armas en Arizona suscitó un enérgico debate y mucha gente se pregunta qué clase de padres permiten que niños pequeños manipulen armas automáticas.
El instructor Charles Vacca, de 39 años, estaba al lado de la niña el lunes en el campo de tiro Last Stop, en White Hills, Arizona, a unos 100 kilómetros (60 millas) al sur de Las Vegas, cuando la pequeña apretó el gatillo. El sacudón elevó el cañón de la Uzi y Vacca fue impactado en la cabeza. Los fiscales dijeron que no presentarán cargos. La identidad de la niña y su familia no se han dado a conocer.
Atracciones similares funcionan desde la década de 1980 en Las Vegas, aunque se han incrementado en los últimos años. El entusiasmo por las armas tiende a aumentar en momentos en que se cree que podrían imponerse mayores restricciones, dijo Dan Sessions, gerente general de Discount Firearms and Ammo, que opera el Vegas Machine Gun Experience.
Turistas de Australia, Europa o Asia, donde los civiles tienen prohibido el manejo de muchos tipos de armas, buscan aprovechar el derecho constitucional de los estadunidenses a poseer armas.
La gente tiene una fascinación por las armas
, afirmó Cohen, originario de Nueva Zelanda, quien calcula que 90 por ciento de sus clientes son turistas. Ven las armas como una característica de la cultura estadunidense y quieren experimentarla
.
Sin embargo, aparte del machismo, los propietarios admiten que un movimiento en falso puede terminar en tragedia. El negocio de Cohen está instalando un sistema de contención para impedir que el cañón de las ametralladoras salte hacia arriba después de disparar.