Alcaldesa de Madrid, con 213 asesores
ientras en España, en general, y en Madrid, en particular, aumenta la pobreza, la desnutrición infantil y se reducen los salarios bajo el amparo de la nueva legislación laboral, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella –esposa de José María Aznar– mantiene una plantilla de 213 asesores, nombrados a dedo y en los que prima más la cercanía o militancia al partido que sus capacidades profesionales. Además de la gruesa plantilla de colaboradores y su escasa popularidad entre una sociedad cada día más desencantada de la política y los políticos, la alcaldesa decidió subirles el sueldo 34 por ciento, muy por encima de la inflación anual de 3 por ciento.
Ana Botella llegó a la alcaldía por accidente, ya que no fue la cabeza de cartel –fue Alberto Ruiz Gallardón, actual ministro de Justicia del gobierno de España–, pero su ascendente entre el electorado más ultra de derecha y su proximidad al grupo más conservador y poderoso del Partido Popular le aupó a la alcaldía. Desde que asumió el cargo ha estado rodeada por la polémica, la torpeza de su actuación y hasta el ridículo por su escasa oratoria y capacidad para desarrollar un discurso coherente.
El asunto de los asesores se le ha cuestionado en varias ocasiones, incluso en el Parlamento regional, pero al margen de las críticas y de la indignación ciudadana, Botella se gasta al año casi 11 millones de euros (219 millones de pesos) en mantener su plantilla de 213 asesores, de los cuales más de 70 por ciento tienen militancia en el PP y han sido elegidos por su vinculación ideológica.
Es un nuevo escándalo –y motivo– para que entre la sociedad española crezca la desafección hacia una clase política cada día más alejada de los problemas de la ciudad.
Armando G. Tejeda, corresponsal