Entusiasmado con su regreso a la dirección orquestal en México, Jorge Mester (DF, 1935) asegura que tiene la meta de impulsar no sólo la fuerza musical, sino educativa y social entre los jóvenes en Boca del Río, Veracruz.

Mester, quien es reconocido internacionalmente como director de primer nivel y respetado por la excelencia y prominencia que aporta a las agrupaciones que ha encabezado, fue designado director titular de la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, con contrato un año, el cual puede ser renovado.

Empezar con una agrupación que quiera tocar y no tenga malas costumbres es una oportunidad única, interesante y estremecedora. A la vez se buscará que los músicos se desarrollen tanto espiritual como educativamente, casi como un evangelio, explica a La Jornada.

El lunes, agregó Jorge Mester, tuvimos el primer ensayo y sonó muy bien, todo mundo dio de sí. Por eso creo que el futuro se vislumbra brillante.

Entre los preparativos y ensayos para la temporada inaugural de la orquesta, el próximo 19 de septiembre, en el Teatro Fernando Gutiérrez Barrios de esa ciudad veracruzana, el director asegura que regresa a México para ayudar.

De hecho, prosigue Mester, la primera vez que estuve aquí traté de ayudar, aunque hice algo, no pude realizar todo lo que quería. Con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) tuve una experiencia musical estupenda, porque hicimos la retrospectiva del siglo XX, que ninguna agrupación hizo en el mundo, la cual consistía en tocar cada mes una década de esa centuria y cada semana un programa diferente.

En el caso de Boca de Río, explica el director, como el público es nuevo, vamos a ejecutar obras que conocen o son fáciles de captar; en el primer concierto empezamos con el Danzón no. 2 de Arturo Márquez; después, el concierto de cello de Antonin Dvorak y la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven.

–¿Cómo es que un director tan calificado aceptó dirigir una orquesta de reciente cuño y en Boca del Río, donde no había antecedentes?– se le preguntó a Mester durante el anuncio de la temporada.

Jorge Mester vislumbra un futuro brillante con la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, Veracruz, que comenzará temporada el 19 de septiembre en el Teatro Fernando Gutiérrez BarriosFoto Yazmín Ortega Cortés

–Yo no conozco a ningún director de orquesta que tenga el privilegio de estar en el sótano con una agrupación que no tenga ni buenas ni malas costumbres, así que en mis hombros recae la responsabilidad de formar un punto de vista laboral y artístico con un grupo que de verdad quiere tocar y tiene entusiasmo. Y para mí, es un milagro.

Mester fue invitado en 2006 a regresar como director musical de la orquesta de Louisville –cargo que ocupó antes durante 12 años (1967-1979)–; también encabezó la Sinfónica de Pasadena a lo largo de 25 años (1985-2010), así como la batuta de la Filarmónica de Naples (2004-2012), entre infinidad de agrupaciones.

Entre los premios obtenidos por Mester destaca el de dirección orquestal Ditson, que otorga la Universidad de Columbia por el impulso a la música americana. Fue durante su gestión, de 1998 a 2002, que el activismo político de músicos se desbordó y los problemas de la OFCM, acotados en aquel tiempo a aspectos laborales y administrativos, se hicieron públicos.

La temporada de conciertos 2014 en Boca del Río está integrada por ocho programas y contará con la presencia de cuatro directores huéspedes y seis solistas, todos artistas de proyección internacional.

Esta iniciativa cultural nació con la finalidad de acercar el repertorio sinfónico a un público que no podrá disfrutar de él si no se acerca a las grandes salas, explicó Enrique Márquez, director ejecutivo de la agrupación.

La temporada de conciertos es uno de los tres ejes de acción que rigen a la agrupación, los cuales contemplan un fuerte compromiso social, como son el programa Orquestando Armonía, el cual vinculará la academia con la música a niños de escasos recursos; en la etapa inicial se han sumado 200 participantes, dice.

También habrá temporada de recitales de música de cámara en escuelas, iglesias, asilos y hospitales, con la finalidad de llegar a los sectores más desprotegidos de la sociedad, agrega Márquez.