Sociedad y Justicia
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Impotencia de no poder defender a mamá, entre las causas

El acoso escolar se gesta en la violencia intrafamiliar: expertas
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de septiembre de 2014, p. 33

La violencia intrafamiliar aunque sólo consista en gritos entre los padres, el abuso sexual, trastornos como déficit de atención o incapacidad para resolver conflictos, entre otros factores, están detrás del acoso escolar. Los niños, víctimas y agresores, suelen tener estos problemas en común y se diferencian por la forma en que responden ante ellos, aseguraron investigadoras de los institutos nacionales de Pediatría y Psiquiatría.

El mayor problema que observan las expertas es que la falta de atención a los menores involucrados en el fenómenos de acoso, principalmente de los agresores, representa un riesgo para que en la adolescencia o edad adulta también estén involucrados en violencia en el noviazgo o el matrimonio.

Corina García, responsable de la Clínica de Atención Integral del Niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría, comentó que el acoso escolar está presente en 5 a 15 por ciento de los alumnos de primaria y entre 3 a 10 por ciento en el nivel secundaria, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, dijo, no existe un estudio con información certera sobre la dimensión del problema. Explicó que el acoso se define como una agresión intencional repetitiva para causar daño, que se da en el ambiente escolar e involucra una desigualdad de poder entre los niños o niñas.

Llamó la atención en que los menores –agresores y víctimas– llegan a los servicios de salud cuando ya han pasado meses o años de vivir el problema y, generalmente, cuando ya existe un daño emocional sobre todo en el agredido.

Por separado, Gabriela Saldívar, investigadora en la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Sociales del Instituto Nacional de Psiquiatría, comentó sobre los resultados de uno de sus trabajos, efectuado en una secundaria donde observó que al menos 15 por ciento de los adolescentes que reconoció tener o haber tenido un noviazgo con violencia, en su infancia vivió el acoso como agresor o víctima. Significa, señaló, que un problema no atendido puede reproducirse en el futuro.

A partir de que se ha dado mayor difusión al acoso escolar, también se han exacerbado los ánimos en la sociedad contra los niños identificados como hostigadores y se ha generado una reacción igual o más agresiva contra ellos.

Las investigadoras coincidieron en que esa respuesta violenta los derechos humanos de los niños (agresores) y pierde de vista que también ellos son víctimas y requieren atención y tratamiento.

Saldívar resaltó que un niño agresor que, a su vez, es agredido por su conducta, genera enojo y resentimiento. La solución no es impedirle el ingreso a la escuela o negarle la inscripción en otros planteles, advirtió.

Explicó que estas reacciones contra los niños que agreden a otros se debe a la falta de información y de un programa integral que debería ser promovido desde la Secretaría de Educación Pública.

Una ley contra la violencia co­mo la propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto en días pasados, es necesaria, pero debe acompañarse en lo inmediato de acciones contundentes que involucren a todos los actores: familia, escuela, niños (víctimas y agresores) y observadores.

En el Instituto Nacional de Pediatría, la doctora García desarrolla una estrategia con este enfoque. Sin embargo, explicó, suele haber resistencias en los directivos de los planteles a involucrarse y, en cambio, responsabilizan a la familia de las conductas de sus hijos.

Pero el problema incumbe a ambos. Comentó que en ocasiones, las conductas agresivas de los niños surge ante la impotencia de no poder detener los pleitos y agresiones entre sus padres o no poder defender a su mamá. Llegan a la escuela, donde tampoco hay límites ni el principio de autoridad y los alumnos hacen lo que quieren; en este caso, agredir a sus compañeros.

La investigadora también mencionó que el acoso ha existido siempre, sólo que ahora hay más difusión gracias al Internet y las redes sociales, además de que las agresiones son más fuertes, al grado de quitarle la vida a la víctima, como se vio en Tamaulipas.

El Instituto de Pediatría iniciará en enero, talleres de prevención del acoso escolar, abuso sexual, de crianza humanizada y desarrollo sicoemocional de la infancia. Se trata de hacer conciencia sobre las problemáticas y lo que los papás pueden esperar de sus hijos, de acuerdo con su edad y habilidades. Los talleres estarán abiertos al público en general y se efectuarán en el auditorio del instituto.