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Sus barcos de madera, sólidos, veloces y ligeros, son ejemplo de la técnica que emplearon

Exposición en Berlín muestra que los vikingos fueron más que sólo un pueblo de guerreros

También eran hábiles comerciantes, administradores y artesanos

Fundaron Dublín y Normandía

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El Sea Stallion from Glendalough, elaborado en 2004 y que arribó al centro de Berlín a través del río Spree, forma parte de la exposición Los vikingos. Es una réplica del Skuldelev 2, que fue construido en Dublín en 1042. Fue uno de los cinco barcos que en el siglo XI se hundieron en el fiordo de Roskilde, en Dinamarca, y que fueron encontrados en 1962Foto Reuters
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Una cruz de oro, que data de 1100, forma parte de la exposición en Berlín, que estará hasta enero de 2015Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de septiembre de 2014, p. 4

Berlín, 9 de septiembre.

Barcos de guerra y espadas: los vikingos no necesitaban mucho más para descubrir nuevos países y conquistarlos.

Sin embargo, este mítico pueblo escandinavo distaba de estar formado por meros guerreros brutales, como refleja la exposición internacional inaugurada hoy en el Museo Martin-Gropius-Bau, de Berlín.

Apenas la vela de un barco vikingo asomaba en el horizonte, llegaban los guerreros a tierra. A más tardar en una hora, vikingos armados desembarcaban cargados con hachas y espadas. Una de sus grandes embarcaciones de madera podía transportar hasta a 100 guerreros.

El Roskilde 6, el mayor barco vikingo encontrado hasta el momento, era una embarcación de guerra y se descubrió en 1997 en el puerto de la ciudad danesa de Roskilde.

Su reconstrucción, con sus 36 metros de eslora y la enorme vela de lana con rayas blancas y rojas, es la estrella indiscutible de la exposición Los vikingos, que podrá visitarse hasta el próximo 4 de enero y cuenta con 25 por ciento de partes originales restauradas por expertos daneses. El presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, y la reina Margarita de Dinamarca fueron los encargados de inaugurarla.

Su velocidad era el secreto del éxito de los vikingos, como el curador de la muestra, Matthias Wemhoff, recordó hoy. Si se veía la vela, no quedaba más que correr, indicó el que es también director del departamento de protohistoria y prehistoria de los museos de la capital alemana.

Los remeros del Roskilde 6 conseguían navegar a una velocidad de entre 12 y 14 nudos con viento a favor. Sus barcos eran estrechos, ligeros, diseñados para una navegación rápida y fácil en aguas poco profundas. Al tener dos extremos iguales podía invertir la dirección sin necesidad de dar la vuelta. Asimismo, tenían remos a lo largo de casi toda la embarcación.

Sin embargo, aunque su fama de piratas, con la que sembraron el terror por las costas de Europa, es conocida por todo el mundo, los vikingos no eran sólo eso. También eran hábiles comerciantes, administradores y artesanos del metal y la madera, que producían hermosas joyas y artefactos que han sobrevivido hasta nuestros días.

Gracias a los más de 800 objetos de esa época, el visitante podrá conocer en la exposición –elaborada de manera conjunta por daneses, británicos y alemanes– otros ámbitos del mundo vikingo. La muestra está dividida en temas como Guerra y conquista, Comercio y artesanías, así como Vida cotidiana y religión.

En la sala dedicada a la guerra se pueden observar más de 200 espadas, hachas, escudos, cascos y lanzas. Allí se encuentra, como punto central, la espada Ulfberht (famosa por haber sido hecha con un metal tan puro cuya técnica para ello no se inventó hasta la Revolución Industrial), explicó el comisario.

En la sala del rey mostramos la opulenta vida en los grandes pabellones, con alfombras, tallas de madera y vasijas de oro y plata, agregó. Otro de los platos fuertes de la muestra es el tesoro de oro de Hiddensee (Alemania).

Los vikingos fundaron numerosas ciudades y colonias, incluyendo Dublín y Normandía. Entre los años 879 y 920, colonizaron Islandia, que sirvió a su vez como trampolín para la colonización de Groenlandia. Incluso alcanzaron Norteamérica. Pero hacia el año 1100, se debilitaron a causa de conflictos internos. El fin de la era vikinga coincide con la caída de Harald Hardrade, quien intentó sin éxito conquistar Inglaterra en 1066.

Como preludio de la muestra, el pasado viernes la mayor réplica de un barco vikingo, de 30 metros de eslora y casi cuatro metros de ancho, navegó las aguas del río Spree, por el centro de la capital alemana, con ayuda de 65 marineros.

El Sea Stallion from Glendalough fue realizado a imagen y semejanza del Skuldelev 2, construido en Dublín en 1042. Éste era uno de los cinco barcos que en el siglo XI se hundieron en el fiordo de Roskilde, en Dinamarca, y que fueron encontrados en 1962.

La réplica del barco de guerra construido en 2004 permanecerá atracada hasta el 14 de septiembre cerca del Reichstag (Parlamento alemán) para que todo el que lo desee pueda acceder a su interior.