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Abrirse espacios: Lope
L

ope al escribir aireaba el papel. Giros de nacaradas nubes que estiraban letras, mirando espacios y marcas de intervalos de ritmo singular matizado por leve brisa al rasgar armonioso canto de palabras lánguidas, adormecidas en cante grande al vagar. Mar de flores abierto cual hada misteriosa vestida de zafir. Esferas jeroglíficas y despertar de rosas naturales engalanaban perfumes de árboles. Mientras golondrinas surcaban espacios invisibles, rumores de mujeres que enloquecían al toque del ritmo y duende, marco del melódico murmullo de fuentes madrileñas.

Los versos de Lope: místicos y cachondos, tristes y callados de sonora alegría aparente, envolvían enlutado velo que transparentaba flores, fuentes, ríos y matices variados –crítico social. Hacerse presente en pesar desconocido que lo atormentaba incesantemente. Orfandad temprana, patología inconsciente en él, cubierta con espléndida hermosura del ritmo al sol de tibio rayo, tarde serena madrileña, flor que abría su broche, río donde temblaban gotas de rocío, astro plateado en noche escondido, rielando en montañas aromadas, al asomar la aurora por sus faldas. Horizonte inmenso que la escritura traspasaba en segundo, a la luz de clara sintaxis y mágicamente se expresaba en borbotones de palabras.

Poesía teatral, escritura interna huella mnemica, trazos diferidos de Lope, que contemplaba múltiples misterios de la España maravillosa, reflejos de guapas caderas desoladas perdidas en noches madrileñas, por el encantado río Manzanares de la época. Murmullo que corría y deslizaba entre vergeles al desgranarse el agua en los campos. Respirar aquel ambiente embalsamado y embalsamador que embelesaba. Armoniosos cantos de mujer que llevaba dentro, demonio que enloquecía y trató de proyectar en Elena, Micaela, Jerónima, Martha, y para qué seguir la lista, si sólo era una. Mujer que se quedó y sorprendió. Grandioso momento de quietud aletargado sueño melancólico de gloria.

Tratándose de las cosas del amor Lope da a entender que todo viene regulado por estrellas y muchas mujeres quieren porque ven querer. Que siendo un hombre querido de alguna con gran afecto, piensan que hay algún secreto, en aquel hombre escondido, y se engañan porque son correspondencias de estrellas”. Terreno de magia lopezca, escritura interna presidida por exuberante sexualidad, que envolvía en misterio bien marcado de la obra, típico por decir lo más recio, de sueños grafías tomadas como avisos del alma y advertencias grave. Voz y vida evanescente a las sombras, máscara negra y sombrero a lo hidalgo.

Rica sombra de Lope que ingresó al terreno de la subjetividad entre otros el provenir de las ciencias de la conducta y la filosofía en este siglo. Magia en forma primitiva y original, fundamento del pensamiento y fase inicial de toda actividad frente a lo pasional. La modernidad opuesta habitualmente al conocimiento científico formal, el texto extraño a la lengua, es operación misma que introduce a través de la lengua el texto no verbal que traspone el lenguaje y convierte el terreno en que jugaba, cachondeaba, vacilaba y desconceptualizaba un abrir caminos a escritura no fonética: jeroglíficos, vida interior; los sueños, los deliriios.