Los monos producen hombres, dijo Charles Darwin (1809-1882) hace más de 150 años,y escandalizó a una sociedad que creía que el ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios, no tenía otro origen que la costilla de Eva.

Hoy, muchos niños estudian la teoría de la evolución sin el rechazo que las investigaciones del naturalista inglés provocaron en su época, cuando se atrevió a llamar la atención acerca de lo absurdo que era pensar que un animal es superior a otro, por supuesto, ubicando a los hombres como una parte cualquiera de ese reino.

Pero la fascinación y el asombro continúan al conocer en detalle la vida y obra de un hombre cuya inmensa curiosidad científica lo llevó a replantear los cimientos de la biología.

En ello radica el éxito de Darwin, una exposición apta para todas las especies, que se presenta desde junio en el Antiguo Colegio de San Ildefonso y que, a seis días de que concluya, ya alcanzó los 130 mil visitantes.

Debido al gran interés que ha despertado en el público, el recinto abrirá sus puertas de manera excepcional este lunes de 10 a 15 horas.

La muestra es organizada por los cinco museos de historia natural de más prestigio en el mundo: el Americano de Historia Natural de Nueva York (AMNH), el de Ciencia de Boston, el Field de Chicago, el Royal Ontario de Toronto, Canadá, y el de Historia Natural de Londres, Inglaterra.

Se trata del recuento más exhaustivo que se haya concebido del renombrado científico británico, de quien se celebró el bicentenario de su natalicio en 2009.

Se presentan animales disecados, artefactos, manuscritos, objetos, interactivos y especímenes vivos, por ejemplo, una enorme iguana procedente del zoológico de Chapultepec, que sirve para ilustrar el placer que causó a Darwin comer esos animales cuando los conoció en las islas Galápagos, acerca de lo cual escribió: Estos lagartos, cuando se cocinan, producen una carne blanca del gusto de aquellos estómagos que están más allá de todo prejuicio.

La exposición abarca mil metros cuadrados y se divide en 11 áreas temáticas: Introducción, El mundo antes de Darwin, Primeros años de vida de Darwin, El barco Beagle, Los viajes en el Beagle, Londres Down: el barrio de Darwin, El estudio de Darwin, La ciencia contemporánea, El orquideario y la Sala mexicana de biodiversidad.

Muchos estudiantes se regocijan al leer que Charles no fue tan bueno en la escuela: El colegio lo aburría, perdió las esperanzas de aprender latín y memorizar versos, porque cada verso se le olvidaba en 48 horas. Sin embargo, nunca se cansó de estudiar los detalles del mundo natural (...) coleccionaba huevos de aves y conchas de mar, escarabajos y monedas, polillas y minerales.

Darwin se libró de ser médico y clérigo como quería su padre, quizás inspirado en su abuelo Erasmus, quien también tenía unas ideas revolucionarias acerca de la evolución de las especies.

La muestra también ofrece detalles acerca de los viajes que le cambiaron la vida a Darwin: los que realizó a bordo del barco Beagle (se muestra una reproducción en miniatura del navío), en aquella histórica travesía que duró cinco años (1831-1836) a las islas Galápagos y otros sitios de América del Sur, donde tuvo oportunidad de apreciar maravillas, como cacto y margaritas del tamaño de árboles, además de animales que no se hallaban en ningún otro lugar del mundo.

Una de las salas más atractivas es la que exhibe esqueletos, entre ellos réplicas de cráneos de los ancestros del Homo sapiens, además de la recreación del estudio que tuvo Darwin en Down House, Inglaterra. Ahí se gestó su obra cumbre, El origen de las especies (1859); se aprecian sus notas (muy importantes para el investigador), así como instrumentos y objetos personales.

La exposición, que ha viajado por nueve países, tiene un elemento adicional en el Antiguo Colegio de San Ildefonso: una sala mexicana, montada con la asesoría de José Sarukhán, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, donde se presentan las aportaciones de José Mariano Mociño (1757-1820), el gran naturalista mexicano, cuyos trabajos lo sitúan al mismo nivel de Alexander von Humboldt. También se observa la importancia de las islas Revillagigedo, la biodiversidad y las especies endémicas del territorio mexicano (como el ajolote), y el maíz ante las técnicas transgénicas en comparación con la selección natural.

Crear conciencia

En ese espacio también se busca crear conciencia acerca de la enorme biodiversidad que existe en México, considerado el segundo país del planeta en número de ecosistemas, sólo detrás de China, pero con un territorio 10 veces menor. En este apartado se pueden ver especies vivas amenazadas, como el ajolote de Xochimilco.

La museografía se complementa con la instalación en uno de los patios de San Ildefonso de un jardín botánico evolutivo con especímenes mexicanos.

Como actividad extramuros, Darwin, exposición apta para todas las especies está presente en el Metro de la ciudad de México, en el túnel de la Ciencia de la estación la Raza, donde se exhiben imágenes e información sobre el tema.

La muestra concluye el próximo 21 de septiembre y fue curada por el departamento de Paleontología del AMNH. Llegó a México gracias a la colaboración de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Gobierno del Distrito Federal, con la promotora Coolture de Colombia.

Recibe en promedio mil 737 personas diarias, además de organizarse visitas nocturnas. Originalmente el equipo del museo esperaba una baja en la afluencia a la exposición de Darwin luego del fin de las vacaciones, el pasado 18 de agosto, pero el fenómeno fue inverso: aumentaron las visitas. La semana de mayor afluencia fue la del 2 al 7 de septiembre, cuando asistieron 22 mil 844 personas, y tan sólo el pasado 9 de septiembre acudieron 7 mil 710 personas.

A partir de mañana y hasta el 21 de septiembre, el horario de visita al Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico) es martes de 10 a 19:30 horas, y de miércoles a domingo, de 10 a 17:30 horas.