Para el campeón mundial Uriel Adriano, el taekwondo nacional se ha ganado su prestigio únicamente a base de golpes y buenos resultados, y gracias a eso México se ha convertido en el rival a vencer en las competencias internacionales.

A poco más de un año de haberse coronado en el Mundial de Puebla, en la categoría de menos 74 kilogramos, Adriano ha seguido contribuyendo en la buena racha por la que atraviesa este deporte, luego de que el pasado fin de semana ganara su cuarta medalla de oro de la temporada tras derrotar 11-7 al dominicano Wilkin Heredia, en el Panamericano de la especialidad realizado en Aguascalientes.

Anteriormente había conseguido tres preseas doradas en los abiertos de Costa Rica, Canadá y Colombia.

Estos triunfos le han servido para consolidarse como uno de los máximos exponentes de esta disciplina a nivel nacional, y uno de los favoritos de su categoría para representar a México en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Sin embargo, admitió que ser campeón del mundo lo pone en la mira, aunque aseguró que cuenta con la madurez necesaria para soportar la presión y no dejarse deslumbrar por el éxito que ha tenido hasta ahora.

Creo que mi título del mundo me llegó a buena edad, pues ya soy un poco más maduro en todos los aspectos. Sé de dónde vengo y no me voy a perder por lo poquito que he ganado, pues así como hoy gano, mañana puedo perder, eso lo sé bien, declaró el taekwondoísta de 24 años.

Añadió que ser favorito a veces te ayuda y otras no, pero hay que saber manejarlo. Mis triunfos han llegado en buen momento y los disfruto y los tomo de la forma más madura posible.

Por otro lado, el jalisciense aseguró que sus victorias no han sido fáciles, pues reconoció que en su deporte existe presión extra por ser una de las disciplinas más apoyadas por las autoridades.

A veces nos exigen medallas, pero no somos máquinas, no en todos los torneos tendremos el mismo rendimiento, dijo, y agregó que la clave para que este deporte sea de los más exitosos en el país es el buen trabajo de los atletas con entrenadores y federativos.

Aunque aclaró que al final son los deportistas los que siempre estamos muriéndonos en la raya, nos matamos en dar el peso, en dejar a la familia de lado, en no pensar en otra cosa más que en taekwondo. A veces dejamos todo para llegar a un campeonato mundial y obtener una medalla. Luego no lo logras y es frustrante, pero somos nosotros quienes tenemos que lidiar con eso.