Por tercera ocasión en los pasados dos meses, el gobierno de México descalificó las acciones que ha tomado el gobernador de Texas, Rick Perry, para frenar la migración en la frontera común, contrarias al espíritu de colaboración y entendimiento que mantienen los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama.

Esta vez una carta de Perry, en la que responsabiliza al gobierno nacional por no frenar en la frontera con Guatemala el creciente flujo de migrantes y que insiste en la presencia de células de organizaciones terroristas en territorio mexicano, profundizó la serie de desencuentros que han marcado la relación entre el mandatario texano y la administración del presidente Peña Nieto.

Enérgico, el subsecretario para América del Norte, Sergio Alcocer, manifestó nuevamente el rechazo del gobierno mexicano por esta misiva que se hizo pública el miércoles a mediodía y dijo a pregunta expresa que México lamenta que los comentarios que se vierten en la carta emitida por el gobernador de Texas no estén sustentados en la realidad y en las cifras que recientemente hemos visto.

Alcocer estableció claramente que el tema migratorio no es, como lo plantea el gobernador texano, un asunto de seguridad nacional estadunidense, sino de crisis humanitaria, por lo que es injustificable la presencia de la Guardia Nacional para evitar que menores no acompañados crucen hacia aquel país.

Molesto por la actitud de Perry, Sergio Alcocer destacó que el gobierno mexicano mantiene un mecanismo de diálogo permanente con el gobierno estadunidense, como la declaración de la Frontera Siglo 21, que reconoce que de manera conjunta administramos la frontera, tanto en su ámbito de seguridad como en el tema de la prosperidad y competitividad.

Dijo que México ha seguido trabajando y seguirá haciéndolo con el gobierno de Estados Unidos. Y que corresponde al gobierno federal estadunidense articular y coordinar los esfuerzo en el ámbito local, con los cuatro estados que colindan con México.