Denuncian el apoyo del Kremlin a pro rusos en Donietsk y Lugansk
Lunes 22 de septiembre de 2014, p. 28
Moscú, 21 de septiembre.
Poco menos de 30 mil personas participaron este domingo en una marcha por la paz que recorrió el centro de esta capital, con pancartas contra la guerra en Ucrania y el apoyo que brinda el Kremlin a las milicias pro rusas en Donietsk y Lugansk.
No son pocos, pero son muchos más los que, de acuerdo con las encuestas, respaldan la política de Rusia hacia el vecino país eslavo.
Los representantes de la minoría rusa pudieron realizar su acción de protesta, de la Plaza Pushkin a la avenida Sajarov, portando las mantas y pancartas que, por primera vez conforme a las enmiendas de la ley sobre manifestaciones políticas, sometieron previamente a la aprobación de la alcaldía de Moscú: ¡Manos fuera de Ucrania!
, ¡No a la guerra!
y ¡Fuera tropas rusas de Ucrania!
, entre otras.
Rusia siempre ha negado el envío a Ucrania de soldados de su ejército regular y admite que los militares rusos que ahí combaten lo hacen a título personal
y durante sus vacaciones
, como reveló Aleksandr Zajarchenko, líder separatista de Donietsk en entrevista a la televisión oficial rusa.
No se reportaron hoy incidentes violentos, aunque la policía tuvo que intervenir para contener a grupos de jóvenes que, coreando consignas en favor de las regiones ucranias que abogan por su independencia pretendían dirimir a golpes sus diferencias con los manifestantes.
Las fuerzas del orden detuvieron, entre los más agresivos, a algunos militantes del proscrito Partido Nacional Bolchevique, que reconoció haber enviado varios destacamentos de voluntarios a combatir en el este de Ucrania.
Las autoridades advirtieron que los convocantes de la marcha tendrían que pagar una elevada multa, en el supuesto de que un juez no determinara sanciones administrativas más severas, en caso de que los manifestantes mostraran pancartas no autorizadas.
Con enmiendas a la ley como ésta, el arresto domiciliario del líder opositor, Aleksei Navalny, la condena a cuatro años y medio de cárcel del dirigente radical, Serguei Udaltsov, el enjuiciamiento de una treintena de activistas al azar, la permanente campaña de desprestigio en la televisión oficial contra los adversarios, la dispersión de la oposición extraparlamentaria, entre otros factores que le garantizan apoyos, el Kremlin ha conseguido que la inconformidad a su política –al margen del caso especial de Ucrania, donde el respaldo es abrumador– se exprese más en las redes sociales que en la calle.