La muestra Obsesión infinita, de Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929), considerada una de las artistas japonesas vivas más relevantes, se presentará a partir del 26 de septiembre en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, la cual promete ser uno de los hitos de la escena artística de este año.

Creadora de deslumbrantes diseños de incesante obsesión, trae a México, por primera vez, más de cien obras, entre pintura, trabajos en papel, escultura, video, slideshow (diapositiva) e instalación.

El recinto ubicado en Chapultepec, con su forma piramidal, albergará temporalmente los icónicos lunares rojos que son tan sólo un adelanto de lo que depara la exposición que fue vista por La Jornada en el Musée d’art Contemporain de Montréal, donde su exhibición prácticamente ocupó las dos salas más grandes de ese espacio cultural.

La artista sabe llamar la atención recurriendo al erotismo, el cual se manifiesta en imágenes y espacios en los que los sentidos se disuelven ante el infinito y propician una experiencia a través de espejos en las paredes de una pequeña habitación y suspendiendo luces de colores. De este modo resulta imposible determinar si éstas son reales o reflejos.

La muestra plantea un recorrido exhaustivo por piezas creadas entre 1950 y 2013, que navegan entre la pintura y el performance, entre el estudio y la calle, como evidencia del itinerario artístico de Kusama, quien de manera voluntaria decidió instalarse en una clínica siquiátrica de Japón, donde reside desde 1977.

Su obra está signada por una marcada peculiaridad sicológica, a través de los espacios diseñados con espejos y las superficies obsesivamente cubiertas de puntos que le han dado fama internacional y generan un fuerte impacto visual en el espectador.

La creadora, quien acostumbra mostrarse en público con pelucas de colores llamativos, dueña de un espíritu anárquico y utópico, mencionó alguna vez que sus obras son parte de una estrecha relación con su salud mental, ya que utiliza sus alucinaciones, las cuales sufre desde los 10 años de edad, como fuente de inspiración de sus trabajos.

Catalogada de excéntrica, experimental, sorprendente y singular, Kusama exhibió su obra en el Museo Reina Sofía, de Madrid; la Tate Modern, de Londres; el Centro Pompidou, de París, y el Whitney Museum, de Nueva York, por mencionar algunos de los más importantes.

Obsesión infinita incluye las series más significativas de sus casi seis décadas de producción artística: destacan sus Infinity Nets (Redes infinitas) de los años 50, donde se muestran telas completamente cubiertas con pequeños trazos curvos que forman redes, así como Accumulations sculptures (Esculturas de acumulación), sus performances y happenings neoyorquinos de los años 60.

Deslumbran al espectador piezas como Autoborramiento, y sus pinturas e instalaciones recientes, como Estoy aquí, pero nada, Sala de espejos del infinito: plena del brillo de la vida y habrá que interactuar en La habitación del borramiento, un cuarto blanco en el que el público intervendrá con lunares de colores a lo largo de la muestra.

Obsesión infinita terminará exhibición el 18 de enero de 2015 en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo (Paseo de la Reforma número 51, esquina Gandhi, Bosque de Chapultepec).