La explanada del recinto y la Alameda Central devino parque de diversión artística
El domingo muy temprano comenzó la celebración con variados y multitudinarios flash mobs
El espectáculo del clown Azis Gual y la interpretación del Las Mañanitas, entre los actos más disfrutados
La fiesta concluyó al anochecer con la iluminación del emblemático edificio
Lunes 29 de septiembre de 2014, p. 8
La explanada del Palacio de Bellas Artes y la Alameda Central se transformaron este domingo en un bullicioso y multitudinario parque de entretenimiento artístico, durante la celebración de los 80 años de existencia del máximo recinto cultural del país.
Con el título Un Domingo del Palacio en la Alameda, grupos de teatro, música, danza y circo distribuidos en distintos puntos del céntrico parque, presentaron diversos montajes y conciertos. Además, unos 300 jóvenes estudiantes de las distintas escuelas de iniciación artística del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) presentaron espectaculares flash mobs coreográficos, en distintos momentos de la mañana y la tarde, actividades todas, que congregaron a miles de espectadores y transeúntes.
Alrededor de las 10:30 de la mañana dieron inicio las actividades con un sorpresivo flash mob coreográfico en la explanada del Palacio de Bellas Artes. Un grupo de jóvenes, ellas con vestidos de quinceañeras, ellos con traje y corbata, bailaron un vals de XV años que a los pocos minutos devino energética presentación, a la que se integraron decenas de jóvenes más, que encadenaron y fusionaron sus bailes. Del vals, al flamenco, pasando por bailes folclóricos, cmo la danza de los venados y luego danza contemporánea, performance que terminó a un costado del palacio, frente al monumento a Beethoven.
Pasado el mediodía se realizó otra presentación artística en la explanada del palacio. En esta ocasión, jóvenes con sombrillas de distintos colores se agruparon en una acción relámpago; gritaron, celebraron y corrieron entre las jardineras de la plancha, para finalizar en el pórtico, donde cantarton Las Mañanitas y soltaron racimos de globos de colores.
Con el sol a plomo, para ese momento la fiesta comenzaba a encenderse. Parejas de jóvenes y de adultos mayores, padres de familia con sus hijos pequeños en los hombros, se arremolinaban para captar con sus cámaras o teléfonos celulares, selfies, fotografías y video, imágenes para el recuerdo.
Alrededor de las 13 horas, casi de manera simultánea, comenzaron las funciones de música, teatro y circo en las fuentes y esculturas que adornan la Alameda Central, la cual se convirtió en un gran escenario de actividades artísticas y culturales.
Con son jarocho y zapateado a cargo del grupo Los Vega, de Tlacotalpan, Veracruz, se celebró frente al monumento a Beethoven, a la salida de la estación Bellas Artes del Metro; mientras, un grupo de artes circenses, amenizaba en la calle.
En el quiosco de la Alameda, la Orquesta de Alientos del Conservatorio Nacional de Música, integrada por jóvenes estudiantes, bajo la batuta del maestro Patricio Méndez, interpretaba Huapango, de José Pablo Moncayo, y Danzón No. 2, de Arturo Márquez, entre otras piezas.
En otro sitio, la compañía Marionetas de la Esquina representó Una luna entre dos casas, obra escrita por la dramaturga quebequense Suzanne Lebeau, que habla sobre la amistad de dos chicos que son muy diferentes en sus gustos y forma de ser, pero que se vuelven amigos, ya que comparten sus miedos.
El grupo Los Conjurados se presentó detrás del Hemiciclo a Benito Juárez con su espectáculo Verdades como puños, en el que, con base en el popular juego de la lotería, cada figura que va saliendo sirve para presentar una anécdota personal o inventada de los actores, crítica al gobierno o sarcasmo sobre la realidad social que nos rodea.
Cownclusiones fue un lúdico espectáculo que mantuvo siempre sonriendo a chicos y adultos. En otro punto de la Alameda, el grupo Perro Teatro, con dirección de Ana Luisa Alfaro, escenificó con títeres y actores, la obra Benito y Gautaru, obra que entreteje cuentos de las tradiciones mexicana y japonesa.
En tanto, en otro sitio, Las Hijas del Cardenal montaban la farsa titulada Mojada power, en la que las medias hermanas (hijas del cardenal), al serles negadas la visa, cruzan como indocumentadas a Estados Unidos. Las irónicas peripecias mantuvieron las sonrisas del público.
Estridentópolis, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, Legom, también congregó a los espectadores interesados en el movimiento estridentista, que encabeza Germán List Arzubide y Manuel Maples Arce.
Mientras los estridentistas gritaban ¡Viva el mole de guajolote!, en una de las esquinas de la Alameda Central, se escenificaba Máscara contra cabellera, combate de lucha libre en escena, en el que los espectadores fueron testigos del enfrentamiento entre rudos y técnicos, entre los corruptos y un famoso luchador social enmascarado.
En tanto que todas esas actividades ocurrían en la Alameda, uno de los espectáculos que más cautivó al público fue el que presentó el reconocido creador escénico y clown Azis Gual, en la explanada del Palacio de Bellas Artes. Con música en vivo y una delirante troupe de clowns, presentaron AZ y Z
= igual (la ecuación del gesto).
Otro espectáculo entusiasta fue Dance Life Studio, que se presentó en otra de las esquinas de la Alameda.
Por la tarde, tras una pertinaz lluvia, se pudieron presentar en la misma explanada los integrantes de la Academia de la Danza Mexicana, encabezada por la coreógrafa Lydia Romero, quienes rindieron un homenaje a Octavio Paz con una pieza inspirada en tres poemas del libro Libertad bajo palabra, la cual se interpretó sin música debido a que dentro del Palacio de BellasArtes se presentaba la obra Sueño de una noche de verano con la Companía Nacional de Danza.
Más música, más zapateado y son jarocho se escuchó con la agrupación Son de Aquí, que actuó en el quiosco. Interpretaron canciones como Escucha, Sin tu amor y Policía, de su disco más reciente De aquí son, que saldrá a la venta el mes entrante.
Un singular espectáculo teatral circuló por los pasillos de la Alameda, con música en vivo: Tragedia en ruedas, con dirección de Arnaud Charpentier. Fue una especie de intervención callejera
en bicicleta. Un cortejo nupcial iba de aquí para allá enfrentando una serie de peripecias para llegar a tiempo a una boda.
Un Domingo del Palacio en la Alameda concluyó en la noche con el espectacular lanzamiento de miles de figuras de papel de china cortado como el perfil del Palacio de Bellas Artes. Luego los paseantes, que no abandonaron la explanada pese a la insesante llovizna, disfrutaron de la proyección del también espectacular y colorido video Mappin, sobre el emblemático recinto cultural que hoy lunes 29 de septiembre cumple 80 años de vida.