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Astillero

Casco de barras y estrellas

Giro hacia intervencionismos

México, contra Estado Islámico

EPN cancela por mal tiempo

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DÍA NACIONAL DEL MAÍZ. Integrantes de la Campaña Sin Maíz no hay País acordaron unificar sus acciones para afrontar estos tiempos de violencia, despojo y pillaje contra los pueblos de México y sus bienes comunes, y condenaron el asesinato y la represión contra normalistas de Ayotzinapa, Guerrero. Reunidos en el Zócalo para celebrar el Día Nacional del Maíz, destacaron: no se sientan solos, estamos juntos para revertir este sistema de muerte y deshumanización. Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco, advirtió: no podemos quedarnos callados ante la represión de los estudiantes de la normal Raúl Isidro Burgos; son hijos de campesinos los que fueron asesinadosFoto María Luisa Severiano
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l casco azul de Enrique Peña Nieto está colocando a México en una inédita posición de riesgo internacional, no sólo por la decisión de enviar a zonas de conflicto personal mexicano (civil y militar) para ayudar a mantener la paz, lo cual significa el sepelio definitivo de la doctrina Estrada, que apelaba a la no intervención en asuntos externos (ni de nosotros hacia otros, ni de otros hacia nosotros), sino, sobre todo, por la subordinada predisposición de Los Pinos a sumarse a la lista de combatientes aliados a Estados Unidos, como ha hecho saber el Departamento de Estado del país vecino al dar a conocer que el gobierno mexicano forma insólita parte de una coalición de 62 países (por lo pronto) contra el Estado Islámico.

Los primeros pasos peñistas de firme belicismo mexicano de exportación (ya se habían enviado tropas en los años cuarenta a misiones de paz, en Los Balcanes y Cachemira) pretenden ser moderados, pero es inocultable el sentido progresivo de ese involucramiento en temas globales armados y la correspondiente conversión de nuestro país en un eventual objetivo militar extranjero (con Estados Unidos asumiendo a México como depósito estratégico de combustible, con un gobierno aliado, y los adversarios de la potencia mundial extendiendo sus mapas de guerra hasta nuestra frontera). Así, en esa gradualidad taimada, el aporte de México a las operaciones de paz de Naciones Unidas se circunscriben en esta primera etapa a las acciones para mantener la paz, no para imponerla.

Para cumplir con esta primera etapa de los cascos azules mexicanos se requerirán capacitación, equipamiento y adoctrinamiento, que podrán tener como siguiente paso natural la participación en las tareas rudas de la paz por la fuerza, tareas que hasta ahora han resultado fallidas en muchos casos, onerosas y rodeadas de escándalos de abusos diversos, incluyendo los sexuales hacia las poblaciones defendidas por estas fuerzas internacionales.

Es inevitable pensar en Peña Nieto como candil de la ONU y oscuridad de su casa si se observan los poco agraciados esfuerzos de la administración federal mexicana por darse aires de grandeza entre los poderosos del planeta, en particular frente a Barack Obama, que en cena de honor en días pasados en Nueva York sentó al mexicano a su diestra, y se comparan esos esfuerzos de oropel foráneo con la terrible realidad cotidiana de violencia criminal por parte de policías de diversos niveles y de bandas del crimen organizado. El conflicto generalizado que se vive en el país, con altísimos índices de muertes y violaciones a los derechos humanos, sin gobierno alguno que pueda ofrecer perspectivas sensatas de solución a mediano plazo ni esperanzas de justicia y seguridad para la población, merecería que el azulado entusiasmo pacificador de Peña Nieto se volcara justamente hacia México.

Pero, en medio de la generalizada descomposición nacional, apenas en proceso de asimilación la personalísima decisión peñista de elevar la casaca verde olivo de Calderón al nivel de un casco azul dominantemente estampado de barras y estrellas, aparece la noticia de que México forma parte de un grupo de países de soporte, sin un compromiso específico definido, que apoyará a Irak y está en contra del Estado Islámico y sus acciones de guerra santa. El diplomático Genaro Estrada Félix, creador en 1930 (mientras era secretario de relaciones exteriores del gobierno de Pascual Ortiz Rubio) de la doctrina que lleva su nombre (a favor de la libre determinación de los pueblos y, por tanto, en contra de la intervención en los asuntos internos de los estados), vería ahora a México como único país latinoamericano inscrito en la nómina de Obama en su cruzada contra el mencionado Estado Islámico, junto a Andorra, Bosnia, Lituania, Macedonia, Malta, Moldavia, Marruecos, Portugal, Serbia, Eslovenia, Túnez y Ucrania, que también aceptaron ser países de soporte de la estrategia de una Casa Blanca que ni siquiera está en la plenitud de su pinche poder (perdón por la referencia a una cita clásica del diplomático fallido Fidel Herrera), pues vive una fuerte acometida electorera de los republicanos a causa de criterios y decisiones que a juicio de los adversarios de Obama permitieron el crecimiento del citado Estado Islámico.

El casco azul y la acomedida vocación proclive al poder gringo de parte del ejecutivo mexicano pretenden corresponder al nuevo papel de liderazgo mundial que un rabino profetizó a Peña Nieto en Nueva York al declararlo una fundación Estadista Mundial 2014. Ya Fox intentó desastrosamente desplegar tal papel protagónico, consiguiendo para México un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad, con el canciller Jorge Castañeda y el difunto Adolfo Aguilar Zinzer, representante ante la ONU en ese lance, peleando de manera tragicómica, y con el propio presidente panista internándose para una sedada operación quirúrgica a última hora para no tomar una llamada a George Bush urgido de conseguir apoyos de sus amigos para la invasión de Irak en 2003. Ahora, Peña Nieto está ansioso por la vuelta de México a ese consejo de seguridad y es posible que el presidente de Estados Unidos, quien sea, ni siquiera necesite hacer llamada alguna a un aliado que desde ahora ha ido entregando un sí con casco azul.

Y, mientras hoy marcha la comunidad politécnica que está en contra de los cambios académicos y reglamentarios impulsados por EPN a través de Yoloxóchitl Bustamante, en un movimiento creciente de estudiantes y maestros que va ganando apoyo más amplio, ¡hasta mañana, con Peña Nieto que anuncia doble cancelación de visitas: una, por mal tiempo (sólo meteorológico, se supone), a Guerrero, donde siguen las ejecuciones y donde no aparecen decenas de normalistas ni hay visos de castigo real a quienes ordenaron ataques armados contra estudiantes, y otra al Senado, usando de pretexto que la bancada del PAN se ausentaría por inconformidad con un acto pensado para lucimiento del mexiquense pero, en realidad, por precaución ante la anunciada marcha politécnica!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Hernández