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Casi de manera simultánea, se publicarán cuatro nuevos poemarios del autor

Alberto Blanco impugna al caos; ofrece un contrapunto de orden

Contracultura es, en este desorden, plantear un sosiego posible, en esta fealdad una posibilidad de belleza, dice el escritor a La Jornada

‘‘Sé que el pesimismo está muy bien visto entre nosotros y vende, al igual que la injuria, pero mi trabajo va en la dirección contraria”

 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de octubre de 2014, p. 3

A punto de cumplir 64 años, el poeta Alberto Blanco (DF, 1951) se ha consolidado, merced a un trabajo intenso, como uno de los autores más importantes, fundamentales para México. La inminente aparición de cuatro nuevos poemarios suyos suscita la siguiente entrevista.

–Están por aparecer, casi simultáneamente, un libro de poesía dedicada a las plantas, otro de poemas para el cine, uno más para las artes visuales y otro más con poemas científicos, ¿se ha preguntado alguna vez, para qué tantos libros, por qué?

–Sí, me lo he preguntado muchas veces y me lo han preguntado fuera del país y se me han ocurrido distintas respuestas o he reflexionado desde diversos ángulos sobre este asunto.

“La explicación que más me satisface tiene que ver con aquella idea de John Cage cuando dice que la función del arte y del artista es: ahí donde hay orden, hay que meter mucho desorden y ahí donde hay mucho desorden, hay que meter orden.

“Si me hubiera tocado nacer en algún país escandinavo habría producido muy poco o casi nada y probablemente habría estado en el grupo de vándalos que casi destrozaron La Sirenita de Copenaghe, porque hay demasiado orden allá, demasiada limpieza, demasiado silencio.

“En México estamos en el extremo opuesto. Vivimos en un país extraordinariamente desordenado, en una ciudad, como la de México, que es en muchos sentidos el caos reptante del que hablaba Lovecraft.

“En una sociedad tan desordenada me parece muy importante como artista ofrecer un contrapunto de orden. De hecho, entiendo el mío como un trabajo contracultural.

“Contracultura para mí no es lo que generalmente quiere entenderse. Contracultura para mí es, en este desorden, ofrecer una posibilidad de orden, en esta fealdad ofrecer una posibilidad de belleza, en este pesimismo generalizado ofrecer una luz de optimismo, de esperanza.

“Sé que el pesimismo está muy bien visto entre nosotros y vende, al igual que la injuria. Mi trabajo va exactamente en la dirección contraria. En ese sentido contracultura para mí es un cuadro de Gerzso, es una pieza de cerámica de Gustavo Pérez, es un ensayo de Paz, un poema de Gorostiza, un cuadro de Vicente Rojo.

Resumiendo: ¿por qué tanto libro, tanta obra gráfica, visual, inclusive musical? Porque así me lo exige la realidad en que vivimos.

–Ciertamente, su trabajo se extiende por la música, las artes plásticas, el ensayo, pero en realidad usted es un poeta, en esencia, ¿cierto?

–Sí. Poeta es hacedor, esa es la raíz metodológica de la palabra poeta. Sí, soy un hacedor, a veces con palabras, buena parte del tiempo; a veces con imágenes, a veces con sonidos, incluso con volúmenes. Para mí el trabajo puede derivar en un sentido o en otro. En todo caso lo importante es esa voluntad de hacer, de dar forma.

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En una sociedad tan desordenada me parece muy importante como artista ofrecer un contrapunto de orden. De hecho, entiendo el mío como un trabajo contracultural, dice Alberto BlancoFoto Pablo Espinosa
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Durante la entrevista, el poeta Alberto Blanco creó –con miga de pan– una tortugaFoto Pablo Espinosa

–Una forma de devolverle la voz al aeda, que cantaba poesía, pero enmudeció cuando la poesía se empezó a poner por escrito, ¿es así?

–A mí sí me gusta cantar, aunque también es verdad, la poesía es escrita y se lee impresa o en pantallas y en silencio, casi toda; me gusta muchísimo el mundo de la canción, porque ahí se tocan esas raíces originales de la poesía.

“La imagen, la música y la parte filosófica del lenguaje van unidas en la poesía, es un trípode que sostiene toda la estructura y a mí me gustan las tres patas de ese trípode; el mundo de las artes visuales, el mundo de la música y el mundo del pensamiento.

El lenguaje por sí mismo es un instrumento misteriosísimo que opera en esos tres campos, por supuesto el más misterioso de los tres para mí sigue siendo el que es propio del lenguaje, es decir, el de la significación y quizás por eso, porque ese es el que me resulta más misterioso, es que mi vocación es sobre todo de poeta, aquí ya entendiendo poeta en el sentido más acotado, como alguien que se dedica a un arte que tiene que ver con las palabras.

–Observando en panorámica el trabajo que ha realizado en las décadas recientes, con casi 40 libros de poesía publicados y un total de mil 400 publicaciones de vario linaje, ¿tiene noción de en qué consiste su misión?

–Sí, para mí sucedió hace ya bastante tiempo y he sido muy fiel a ese llamado. No me he distraído con nada, a veces con el tiempo en favor, otras con el viento en contra.

–¿En qué consiste ese llamado?

–Escuché como un llamado a poner mi vida al servicio de la poesía. En mi caso personal sigo creyendo que todo ser humano tiene algún tipo de vocación muy especial y tarde o temprano escucha un llamado en particular. Sin embargo, muchas personas me han dicho a lo largo de estos años que no es así, que a ellos no les ha tocado ninguna vocación en especial ni han escuchado ningún llamado.

El libro de las plantas, poemas ilustrados por Sandra Pani, saldrá en breve con el sello del Fondo de Cultura Económica. Medio cine, poemas dedicados a 40 realizadores, lo publicará Ediciones Sin Nombre. Joy Lavillle: una promesa de felicidad, un pequeño volumen de Círculo de Arte, lo publicará el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y ha sido aceptado para su publicación La raíz cuadrada del cielo, todos los poemas científicos de Alberto Blanco, lo coeditarán Aldus y la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Y una gran retrospectiva de collages realizados por este artista durante 40 años, se inaugurará en el Centro Cultural de Tijuana, justo el día en que Alberto Blanco cumplirá 64 años de edad.

Este instante es el mismo de siempre, el único, no conocemos otro, remata la entrevista.